Editorial: Cifras para pensar y
actuar
A
la luz de los resultados arrojados por
Resulta
positivo el incremento del número promedio de años de educación, sobre todo
entre las mujeres; la reducción de la mortalidad infantil, los cambios en
materia de desnutrición y el aumento de la atención institucional de los
partos. Pese a ello, se estima que el 20 por ciento de niños menores de 5 años
tienen incompleto su esquema de vacunación, que las enfermedades respiratorias
y diarreicas no dan tregua y que solo la mitad de los niños que las padecen son
llevados al médico.
También
inquieta que entre 1995 y el 2010 el número de menores de 15 años que viven con
ambos padres disminuyó del 66 por ciento al 56 por
ciento, y que hoy el 32 por ciento de los niños viven solos con su mamá, frente
al 3 por ciento que están con su papá.
Es
claro que, cada vez con mayor frecuencia, son las mujeres quienes responden por
la crianza y por la familia, se preocupan por educarse y regulan el número de
hijos mediante el uso de anticonceptivos. Y, aun así, siguen siendo víctimas de
abusos de sus compañeros y ex compañeros. Urgen estudios que aporten claridad
sobre qué está pasando con los hombres colombianos. También deberían
identificarse y enfrentarse las razones por la que el país ha sido incapaz de
asumir con claridad la educación sexual de su población. No de otro modo se
explica que el 73 por ciento de las mujeres tenga fallas en el conocimiento
integral del VIH sida, y que el 17 por ciento no sepa nada de otras
enfermedades de transmisión sexual.
Sorprende
que en los colegios el encargado del tema sea, en un 30 por ciento de los
casos, un profesor de anatomía o de biología o el asesor de un hospital o
centro de salud (en un 19 por ciento). Por eso, no resulta extraño que el 56
por ciento de las mujeres nunca haya oído hablar del virus del papiloma humano,
que se transmite por vía sexual y es responsable de 5.600 casos de cáncer de
cuello uterino cada año.
Es
de esperar que el panorama pintado por estos estudios sirva para orientar
políticas y programas que, a la larga, ayuden a fortalecer la salud y el
bienestar de toda la población y a llenar los vacíos que han acabado por
profundizar la brecha social. Legisladores y autoridades tienen la palabra.