Cara a cara: sigue polémica por proyecto para limitar uso de drogas sintéticas en Colombia

Diversos sectores rechazaron la propuesta gubernamental, tanto que el mismo procurador Alejandro Ordóñez propuso, incluso, un referendo.

La propuesta del Gobierno de permitir el porte, uso y consumo de las drogas sintéticas, dividió opiniones, incluso, son más las voces de rechazo a la iniciativa que los que la acompañan.

La ministra de Justicia, Luz Stella Correa, explicó que no se trata de una legalización sino del establecimiento de límites al consumo, además que lo que se busca evitar que más adictos vayan a la cárcel y “trazar una línea entre el criminal y el consumidor”.

No obstante, el presidente del Partido Conservador, senador Efraín Cepeda, aseguró que solo pensar en esa posibilidad “es dar un salto al vacío”, y anunció la negativa a la iniciativa.

Otro que salió al paso fue el expresidente Álvaro Uribe, quien a través de Twitter dijo que la propuesta va a“esclavizar más a la juventud y drogar más sicarios para asesinar más personas”.

Añadió además que “con esa dosis personal lo que hacen es validar la acción de los distribuidores y no los llevan a la cárcel, ni llevan al hospital a los adictos”.

Por su parte, la presidenta del Polo Democrático, Clara López fue más flexible y manifestó que se debe abrir el debate, ya que consideró que lo que se debe establecer es hasta dónde puede llegar la legalización para buscar “alternativas frente al fracaso de la guerra contra las drogas”.

Sin embargo existen voces de apoyo como la del senador Armando Benedetti, quien dijo que “la veo viable y la acompaño a ultranza. Las cárceles están llenas de consumidores y de cultivadores pobres y la guerra se tiene que dar contra el tráfico y el narcotráfico, esa es la real guerra, no contra consumidores y cultivadores”.

Para Benedetti es claro que la suerte del proyecto en el Congreso depende que haya “una discusión seria”, pero reconoció que “por ahora veo a mis compañeros renuentes”.

Procurador propone referendo

En medio de la polémica, el procurador Alejandro Ordóñez salió al paso de la propuesta que también rechaza.

Pero el Procurador no se quedó en la crítica y anunció incluso la posibilidad de consultar el pueblo sobre el tema y anunció que se acudiría incluso al referendo para determinar “si (los ciudadanos) están de acuerdo en la despenalización de las drogas sintéticas y de las drogas en general”.

Para Ordóñez, “esto no se puede hacer a espaldas de las familias colombianas. Menester es que les consulten a los padres de familia, a la sociedad en general, que es la que resulta afectada con el consumo”.

Consideró equivocada la tesis de que se está perdiendo la guerra contra las drogas, argumentando que las estadísticas demuestran que hay una reducción de hectáreas cultivadas y “la pérdida de pureza de los alucinógenos como consecuencia de la presión de las Fuerzas Militares, así como la contracción del mercado y el aumento de las incautaciones”.

“Es crucial atender al adicto”: Minjusticia

Ministra, ¿usted cree que Colombia está lo suficientemente madura como para abrir el camino a la legalización de la dosis mínima de sustancias sintéticas?

No. Primero que todo, hay que aclarar que no se trata de una legalización sino de establecer límites al consumo.

Segundo, no estamos abriendo un camino, ese camino ya estaba abierto. Las altas cortes se han pronunciado con respecto a este tema, confirmando que en Colombia la dosis de uso personal no está penalizada. El consumo y porte de drogas en dosis personales hoy está permitido, en virtud de reiterados pronunciamientos de la Corte Constitucional, uno de los cuales fue proferido en vigencia del Acto Legislativo 02 de 2009.

Lo que sí se busca es delimitar la línea entre consumidor y delincuente, para atender al primero y encarcelar al segundo. No sirve de nada enviar al consumidor a la cárcel.

Hay quienes dicen que esta propuesta que lanza el Gobierno es el primer paso para la legalización total de la droga en Colombia. ¿Esto es así?

No, es estrictamente el desarrollo de unas normas que están en el ordenamiento jurídico colombiano desde hace casi treinta años, y que reflejan las decisiones de la Corte Constitucional. No podemos despenalizar algo que ya estaba despenalizado.

¿El no castigo al consumo mínimo ayudará a la lucha contra las drogas que mantiene el país, más cuando el martes anterior cayó un capo que estaba produciendo estos estupefacientes con tecnología alemana?

El control de la producción continúa con todo el rigor, de tal forma que la cadena del narcotráfico seguirá siendo atacada de manera implacable.

Sin embargo, es crucial atender al adicto como a un enfermo; no como un delincuente.

¿No teme que en la eventualidad de que el proyecto sea aprobado termine por disparar el consumo en el país y que, en últimas, el remedio resulte peor que la enfermedad?

Al contrario. La rehabilitación adecuada al adicto debe redundar en la disminución del consumo. En términos generales, las experiencias en países europeos demuestran que el tratamiento al adicto hace visible este problema como un asunto de salud pública disminuyendo o controlando este flagelo.

Si bien el proyecto se encuentra en la etapa de socialización y perfeccionamiento, existen sectores del Congreso que ya han manifestado su negativa, ¿qué va a hacer el Gobierno para convencer a sus bancadas de que esta iniciativa es necesaria para el país?

Algunos sectores del Congreso se han opuesto, con razón, a la legalización, por la falta de información.

El Estatuto no pretende eso. Busca modernizar la política de drogas, focalizar esfuerzos en la prevención y atención al consumidor. Es que hoy mientras el consumo crece por fibra óptica, nuestras políticas para combatirlo parecen hechas con telégrafo.

“Se abre camino a la legalización”: Baena

¿El país está preparado para la legalización de las drogas sintéticas?

Es prematuro y el país lo que debe hacer es concentrarse en el tema de salud pública, pero no abrir el compás para las drogas sintéticas. En este momento hay una despenalización de marihuana y cocaína pero no de las sintéticas y eso lo que va a generar es que se aumente el microtráfico en el país, porque va a ser muy difícil controlar este tráfico. Un ejemplo: si una persona tiene tres pepas de esas, quién puede controlar que él se tome luego otras tres y así, la gente se puede morir con eso. También los mismos distribuidores pueden cargar con esas tres pepas y van vendiéndolas y evaden los controles de la Policía. Me parece que la medida es prematura.

¿Qué pretende el Gobierno con esa propuesta?

Lo que veo es que efectivamente lo que se abre camino es a la legalización de la droga, digamos que detrás de esa medida lo que parece es que se busca eso. Lo otro es que el planteamiento de la Ministra de Justicia cuando dice que quiere evitar que a los consumidores los manden a la cárcel, ella lo que piensa es que en las cárceles no haya hacinamiento, pero realmente las estadísticas demuestran que la gente que está detenida un 15% son por tráfico y no por consumo, entonces eso está generando un problema de salud pública mucho más grave por resolver el problema del hacinamiento carcelario.

Si le entiendo bien, ¿lo que el Gobierno busca es la legalización de la droga en Colombia?

Sí. Pienso que el presidente Juan Manuel Santos ha sido partidario de la legalización de la droga y con esta medida está andando hacia allá, porque la gente va a poder acceder con facilidad a ese tipo de estupefacientes y es el primer paso para una legalización.

¿O sea que podría ser peor el remedio que la enfermedad?

Claro, es un paso para legalizar. Lo que me parece es que no tiene sentido que con hospitales quebrados y una crisis en la salud quieran destinar recursos para eso y empaquetan esa medida porque ahora están preocupados por la salud de los consumidores.

¿Cuál cree que va a ser la estrategia del Gobierno para convencer al Congreso?

Pienso que es muy difícil que nos convenza así como está la propuesta. Nosotros estaríamos en la línea de apoyar la salud pública, pero no el tema del tráfico de esas pastillas ni esa legalización que se pretende hacer. Si la política es invertir en centros de atención a los adictos, eso lo apoyamos, pero si la política es como se plantea de legalizar no se apoyará la medida.

En últimas, ¿la iniciativa no aporta nada en la lucha antidrogas?

El Gobierno ha estado más preocupado en el tráfico y producción, pero ahora hablan del tema del consumo y es un tema que no se ha estudiado. Prueba de ello es que la medida es muy amplia, porque no especifica medicamentos ni el tipo de alucinógenos, ni hacen un estudio detallado a cada uno, porque cada uno de ellos tiene un tratamiento diferente. Sobre eso no hay claridad.