Liga
contra el Cáncer pide a colegios luchar contra daños en la piel
La gorra se convierte en un elemento necesario
para usar en los planteles educativos.
El
dermatólogo oncólogo Álvaro Acosta debe recomendar, a través de fórmula médica,
el uso de gorra en los niños.
Como
si se tratara de un medicamento, este elemento es vital para la prevención del
cáncer de piel. Sin embargo, en muchos colegios a los niños no les dejan usar
una prenda que no sea del uniforme, así que los padres se ven obligados a
llevar la solicitud médica por escrito.
Según
el médico, los pequeños también están expuestos a la burla de sus compañeros
por llevar gorras. Él, por ejemplo, ya se resignó a que su hijo no la use, con
la conciencia de que puede padecer la enfermedad en el futuro, como uno de los
954 casos de niños y adultos que le llegan al año como coordinador de la
Clínica de Piel del Instituto Nacional de Cancerología.
Aliados
en los colegios
Este panorama motivó a la Liga Colombiana contra el
Cáncer a pedir ayuda en los colegios para disminuir las cifras de cáncer de
piel, una enfermedad que lidera la lista negra en el país, por encima del
cáncer de seno o de cuello uterino.
“En
Australia, donde hay tanta incidencia de cáncer de piel, existe el eslogan “no
sombrero, no juego” y si al niño se le olvidó la gorra, puede jugar, pero sin
exponerse al sol. Ese tipo de medidas no las hay en Colombia”, explica Acosta.
Por eso, la liga ha querido tocar las puertas de las instituciones educativas
para que se tomen medidas sencillas que protejan a niños y adolescentes para
que no sean futuros pacientes con cáncer.
Entre
estas sugerencias están no realizar las clases de
gimnasia o educación física entre las 9 a.m. y las 2 p.m., tiempo en el que es
más fuerte la radiación ultravioleta. Además del uso de gorras, también podrían
emplearse prendas de mayor cubrimiento, como mangas largas, por ejemplo. “Los
colegios deberían sembrar árboles porque, además de fomentar la conciencia
ecológica de los niños, habrá una sombra natural”, explica Acosta.
El
experto asegura que no se trata de prohibir el sol, pues este es fuente de
vida, sino de tomarlo con medidas que prevengan el cáncer.
Gorras,
protección UV y filtros
Los rayos ultravioleta procedentes del sol afectan la
piel y los ojos a causa de la radiación. Estos son más fuertes en las zonas montañosas,
donde hay menos atmósferas que filtran sus efectos, comparadas con las regiones
a nivel del mar. Estos rayos atraviesan las nubes, y por eso es necesario estar
protegidos incluso en los días grises, explica el dermatólogo oncólogo Álvaro
Acosta. Gorras y gafas con filtro ultravioleta son las indicadas.
Por
Edna Juliana Rojas H.
Redactora ABC del Bebé