Cali, ciudad poco amigable con los discapacitados

Redacción de El País

Muchos coinciden en que la capital del Valle aún no ofrece garantías de movilidad a esta población.

Al poner la tarjeta inteligente del MÍO sobre el censor, este pita y muestra el saldo vigente. Este mecanismo sería perfecto si el usuario no es una persona con limitaciones visuales.

El Centro Administrativo Municipal, CAM, tiene ascensores amplios con capacidad para 30 personas, espacio suficiente para trasladar a alguien en silla de ruedas. El inconveniente es acceder al elevador: para llegar a él hay que subir 20 escalones.

En los buses del sistema de transporte masivo se escucha una grabación que indica cuál será la próxima parada, buena idea para ubicarse en la ruta. Pero ¿cómo hacen aquellos que no pueden oír?

El puente frente al Centro Comercial Chipichape parece que sí fue pensado para discapacitados de movilidad, pues tiene rampas en sus dos extremos. El problema, según sus usuarios, es que tiene una alta pendiente que deja agotado a quien se moviliza en una silla de ruedas.

“Cali es una barrera para los discapacitados”. Así resume los anteriores ejemplos Andrés Santamaría, defensor del Pueblo en el Valle del Cauca.

Sostiene que en el departamento hay 300.000 personas con impedimentos físicos y “no parece, simplemente porque no pueden salir de sus casas”.

Lamentó que en el caso de Cali, las autoridades no hayan liderado una política pública para garantizar los derechos a esta comunidad. Aunque, según él, con el Sistema de Transporte Masivo se le ha tratado de cambiar el “rumbo” a la movilidad, pero todavía falta.

Y aunque Hernán Andrés Villegas, coodirector de la Fundación Unicornio, defienda el MÍO, reconoce que todavía tiene muchas barreras para personas con limitaciones visuales, como él.

“Los vagones no tienen las mismas características y eso nos lleva a la confusión. Si no tenemos un guía podemos perdernos en un espacio tan pequeño como ese”, explica.

La secretaria de Planeación (e), María Grace Figueroa, dijo que ya se tiene listo un estudio sobre movilidad en la ciudad, pero que sólo esta semana será analizado.

Dice que el problema no es sólo el MÍO. Comenta que los domingos de ciclovía, la Autopista Sur es un sufrimiento para los discapacitados: “Los ciclistas van en contra vía y como no hacen mucho ruido, no podemos detectarlos a tiempo; se suben a los andenes y no nos respetan los espacios”.

El arquitecto Juan Carlos Vallecilla también dice que Cali tiene muchas dificultades. “Los pasillos no tienen espacios dimensionales para las sillas, los giros no dan, las rampas son excesivas. Los edificios, salvo algunos nuevos, no fueron diseñados para los discapacitados y tampoco han sido readecuados”.

Agregó que hay dos leyes que amparan a esta comunidad, pero que muchos ingenieros, por desconocimiento no las aplican. “Otros, simplemente por no pasar los tiempos establecidos, inclumplen las normas técnicas”.

Tenga en cuenta

·  Se estima que en Cali hay 136.581 personas en condición de discapacidad, según un censo realizado en el 2006.

·  La mayoría de estas personas se concentra en la Comuna 13, 13.576 ciudadanos, y en la Comuna 6, con 12.661.

·  En las intersecciones del MÍO se instalaron semáforos para limitados visuales, pero muchos han sido dañados para evitar el pito. En Unicentro le pusieron chicle al parlante para que dejara de sonar.

Datos claves

·  Ocho grados de inclinación por cada metro recorrido deben tener las rampas que se construyen en la ciudad, según las normas que protegen a las personas en discapacidad.

·  Los perros lazarillo están autorizados para ingresar a cualquier lugar con sus amos. Sin embargo, muchos centros comerciales y almacenes ponen en apuros a las personas invidentes.

·  Metrocali implementó desde la semana pasada una campaña para sensibi- lizar a los usuarios y facilitadores del MÍO para que ayuden a las personas en situación de discapacidad.