Sharon, de 8 años, tiene una
bacteria en su cuerpo que le produce cólicos continuos. La pequeña padece,
además, de reflujo gastroesofágico. Su madre, Lorena,
de 26 años, sostiene que la ‘Helicobacter pylori’ le ha detenido el crecimiento a la niña. Pero lo
que más la tiene desesperada es que los tratamientos serán inútiles mientras
ella siga tomando agua que no es potable.
Ellas
ingieren agua de la quebrada Gallinazal, que
atraviesa el sector de Los Arrayanes, en el corregimiento de
El
drama de esta joven madre y su hija es también el de 180 familias que viven en
el segundo corregimiento más poblado de Cali y que no cuenta con acueducto.
La
situación es tal que el sábado pasado el alcalde Jorge Iván Ospina
declaró la emergencia sanitaria en esta zona para poder destinar recursos con
el objetivo de construir un acueducto.
Un
análisis fisicoquímico y bacteriológico realizado por
Estas
especies bacterianas bajan desde la quebrada por una manguera de
“Nosotros
la tomamos del nacedero a través de un empate neumático, cuando hay invierno
llega con lodo y en verano se vuelve escasa”, manifiesta la señora, que se
dedica a fabricar sandalias y químicos.
Recuerda
que hasta el 2005 el agua era pura y no producía daños estomacales, pero ahora
en la superficie del nacedero se observan lama, turbiedad, larvas y en algunos
tramos un color azulado, como de jabón. Hay días en que desciende con olor a
materia fecal, según Oneida.
Con
esas condiciones, los pequeños se bañan en tinajas o en los lavaderos de sus
casas. De ahí que algunos tengan granos en sus pieles.
Oneida aprendió hace poco que
debe hervir el agua cruda con unas gotas de cloro. Aunque afirma que ésta no es
la solución definitiva.
Luz
María Padilla, otra de las afectadas, lamenta las condiciones antihigiénicas
que debe enfrentar. Con frecuencia sube la montaña hasta el nacedero para
cerciorarse de que la manguera, que tiene una marca suya, le provea líquido a
su familia. Con facilidad se desliza entre las rocas húmedas. “Este sector es
sano, sabroso, seguro”, asevera.
Tanto
ella como su vecina temen que su hipótesis de la problemática sea la misma que
maneja
El responsable de esta unidad, Orlando Arbeláez
Serna, recomienda que
Oneida atribuye la contaminación
a un pozo séptico que está en la ladera.
Por
su parte, el ingeniero Carlos Guzmán, de
Basado
en esos resultados químicos, el personero Manuel Torres no sólo pidió la
declaratoria de la emergencia sanitaria sino la edificación del acueducto.
“El
80% del agua está plagada de heces fecales, por lo que casi la totalidad de los
pobladores padece de problemas gástricos. El 60% son niños”, sostiene Torres,
quien insiste en que se debe resolver el problema de fondo.
Aclara
que un acueducto rural en la vereda Altos de los Mangos surte a 300 personas,
pero Los Arrayanes está sin servicio.
“Se
están haciendo estudios para construir un acueducto rural que no cuesta menos
de mil millones de pesos y estaría listo en diciembre de este año”, añade el
Personero.
Sin
embargo, el ingeniero Carlos Guzmán habla de otro problema más grave, “es que ellos son una zona de desarrollo informal, no tienen
regularizada su situación ante
Agrega
que mientras Planeación “no anuncie que está regularizado, no podemos emprender
invertir, ni construir nada en