Control biológico para luchar
contra el zancudo transmisor del dengue en Cali, recomienda experto
El
biólogo Ranulfo González estudia el Aedes Aegypti hace 20 años y afirma que el problema está en vías
públicas, unidades residenciales y viviendas; por eso no basta la fumigación.
Desde
hace dos décadas Cali no vivía una emergencia por cuenta del Aedes aegypti. Fue a comienzos de los 90, cuando el mosquito
trasmisor del dengue y la fiebre amarilla obligó a las avionetas de fumigación
de cultivos a trasladarse a la ciudad, mientras en tierra se hacía lo propio.
La
ciudad, que entre 1990 y 1992 reportó 13.000 casos de la 'quiebrahuesos',
puso en alerta al sistema de Salud, que buscando una solución llegó hasta la
Sección de Entomología de la Universidad del Valle para que Ranulfo
González, experto en el mosquito, les diera pistas para controlarlo.
Y
como hace 20 años, en la visita de funcionarios de la Secretaría de Salud,
insistió en la necesidad de mirar los sumideros que se convirtieron en la casa
de este vector.
"Antes
de los 90 se creía que el mosquito solo se reproducía en aguas limpias. Con la
emergencia empezamos a sospechar de los sumideros y un estudio en 19 comunas lo
confirmó: el Aedes aegypti se adaptó a sitios donde
incluso hay materia orgánica", dice el biólogo González.
Por
eso, su experiencia le permite afirmar que en Cali el problema está en los
sumideros de vías públicas, unidades residenciales y viviendas.
En
su criterio no se debería abusar de la fumigación cuyo efecto no dura un mes,
sino acudir al control biológico.
Recuerda
que hace unos años un 33 por ciento de los sumideros de la ciudad tuvieron Gupis, pequeños peces que sobreviven en aguas negras, y copepodos, crustáceos, que comen larvas. Pero el programa
quedó en el olvido.
El
problema es que cada barrio nuevo trae sus criaderos. "La encrucijada es
cómo darle manejo, pues cuando se lava el sumidero los zancudos se benefician.
Por eso la necesidad modificar los diseños de las cajas colectoras de modo que
no sean criaderos, pero sirvan para recoger las aguas, evitar olores y que los
animales no se salgan", dice.
Una
propuesta que, según el ingeniero José Cerón,
director de Aguas Residuales de Emcali, estarían
dispuestos a estudiar aunque por ahora cumplen con su obligación de hacerles
mantenimiento.
Vida
prolifera
Nadie sabe en qué momento el Aedes aegypti entró a
compartir espacio con el Culex, en los más de 110.000
sumideros que hay en la ciudad.
En
las paredes húmedas las hembras ponen los huevos (un promedio de cien cada
una), que pueden sobrevivir entre 6 y 8 meses a la espera de agua para
continuar el proceso. Cuando llegan las lluvias los huevos eclosionan y el
sumidero se llena de miles de larvas, que en diez días se convierten en los
'patiblancos' que se mudan a las casas, pues les encanta la sombra.
El
mismo proceso se vive en floreros, llantas abandonadas, huecos de árboles y
superficies que almacenen agua.
Desafortunadamente,
explica el biólogo, a mayor uso de químicos los zancudos se adaptan y las
siguientes generaciones aguantan más. Cada dos semanas hay una nueva generación
de zancudos; una hembra que vive entre 35 y 70 días puede poner huevos en seis
ocasiones. Y es en ese momento cuando salen a picar porque necesitan sangre.
Según
cálculos, en las fumigaciones solo mueren un 50 por ciento de los zancudos que
están en la calle porque el resto se refugian en las casas y las familias
cierran puertas y ventanas para evitar el olor.
Para
completar el panorama hace tres años se detectó la presencia del Aedes albopictus, otro trasmisor del dengue. Lo que no se sabe es
si también se adaptaron a las alcantarillas.
Pero
no todo está perdido, dice el biólogo, desde las casas también se puede
trabajar. "Siembre las matas en arena; lave con agua y cloro lavaderos y
sacuda el closet donde pasan la noche los zancudos, para salir en el día a
picarlo", concluye González.
CALI