El bebé de 30
semanas de gestación nació tras una cesárea realizada por los médicos del HUV,
minutos después de que su madre llegara muerta por recibir varios disparos en
el pecho.
La primer cosa que le van a contar a Milan Murill Camilo es que él es un milagro de vida. Hoy, 30 días
después de ser extraído del vientre de su madre asesinada, el bebé vive y está
fuera de peligro.
El día que nació, su madre de 19 años llegó muerta
al área de Urgencias del Hospital Universitario del Valle, tras recibir varios
impactos de bala en su pecho, en un homicidio en el que también perdieron la
vida otras dos personas.
Los médicos que atendieron el caso sólo tuvieron
tres minutos para realizar la cesárea, extraer al bebé de 30 semanas de
gestación y brindarle atención especializada en la sala Cirena
del HUV, unidad de Cuidados Intensivos para Recién Nacidos.
"Es una victoria", dijo Jaime Rubiano, director de este centro
hospitalario, "si este bebé no hubiera llegado al HUV no se habría
salvado, por que este es el único hospital público de la región que tiene un
personal interdisciplinario para atender un caso de esta magnitud".
Para nacer, su madre tuvo que ser valorada por un
traumatólogo, luego un ginecólogo dio la orden de cirugía inmediata, y un
neonatólogo se encargó de asegurar que el bebé prematuro resistiera el tratamiento
al que tuvo que ser sometido para vivir. Todo en tres minutos.
"En términos clínicos es difícil explicar cómo
una joven puede estar muerta y el bebé continuar con vida", dijo Rubiano,
pero lo cierto es que hoy el bebé que estuvo expuesto a todos los riesgos
posibles para morir, fue dado de alta y puede ir a casa con su familia.
Javier Torres Muñoz, subdirector de Pediatría del
HUV, explicó que el bebé nació de emergencia a las 30 semanas de gestación y
necesitó ventilación artificial, "pues sus órganos eran inmaduros y
sufrieron por el evento en el que murió su mamá".
Independientemente de la crisis que atraviesa el Hospital Universitario,
su servicio no deja de prestarse, indicó el director Rubiano, "fueron
necesarias balas de oxído nítrico valoradas en dos
millones de pesos cada una, y a pesar del estado financiero buscamos los
recursos para salvar vidas como esta".
El asesinato de Claudia Julieth,
madre del pequeño, ocurrió el 27 de enero en el barrio San Bosco del centro de
Cali, un domingo en el que se reportaron ocho crímenes. Ese mismo fin de semana
de enero, la Policía registró 18 homicidios en la capital del Valle.
Según explicó el general Fabio Alejandro Castañeda,
comandante de la Policía Metropolitana, el agresor llegó a pie y disparó contra
el grupo que se encontraba en una vivienda de esa cuadra y luego huyó con otro
hombre que lo esperaba en la esquina, en un vehículo. Una de las hipótesis de
las autoridades es que el ataque armado se trató de una retaliación entre
bandas delincuenciales de la zona, dedicadas al microtráfico.
Durante el 2012, Elpaís.com.co registró otro
asesinato y una
agresión con arma blanca a
otras dos mujeres en estado de embarazo en Cali. Una de ellas con cuatro mese
de gestación, perdió la vida tras ser interceptada por un joven en bicicleta
quien le disparó en repetidas ocasiones.