Experto canadiense dice que al beber, la clave es la moderación

Según el experto Hubert Sacy, "es peor tomarse 10 tragos en un solo día, que repartirlos a lo largo de la semana".

'Saber vivir, saber beber', es el lema del programa que hoy lanza Bavaria en Bogotá, con la idea de que se convierta en una guía para disfrutar del alcohol "con responsabilidad y moderación".

Por este motivo, Hubert Sacy, director general de la ONG canadiense Educ'alcool, se encuentra en el país para hablar sobre el éxito que iniciativas como esta han tenido en Quebec (Canadá).

"En Quebec, donde 83 por ciento de la población toma, apenas entre 3 y 4 por ciento sufre una adicción al alcohol", dice.

Cuenta que en las escuelas se realizan programas para informar a los jóvenes que mientras más tarde empiecen a tomar alcohol es mejor. "Así van a tener menos problemas", afirma.

Y sostiene que consumir alcohol muy temprano (en Colombia se hace a los 10 años) trae consecuencias para el desarrollo del cerebro. "No hay afán en que los niños comiencen a tomar. Ya tendrán oportunidades de hacerlo", señala, y afirma que en un mundo ideal los jóvenes no deben beber antes de los 18.

Lo que sí les insiste a los padres es en que creen una relación sólida con sus hijos, para que haya diálogo y, cuando entren en contacto con el alcohol, lo hagan bajo su supervisión. "Deben hacerlo solamente en casa y en muy pequeñas cantidades. La idea es que la motivación para tomar sea el sabor y no el hecho de emborracharse", agrega.

Sacy enfatiza en que el alcohol, en adultos, no es dañino en sí mismo: "Lo que hace daño es un mal patrón de bebida". Según estándares internacionales, dice, es excesivo tomar más de cinco tragos y se alcanza un nivel peligroso cuando se pasa de ocho.

Y afirma que, aunque algunos estudios señalan que pequeñas dosis de alcohol traen consecuencias positivas en el organismo (en hombres mayores de 40 y en mujeres después de la menopausia), nadie debe comenzar a beber por motivos de salud.

Con acompañamiento de los padres

Para Sacy, hay puntos que se deben tener en cuenta: comenzar a tomar bajo el control de los padres, en vez de hacerlo a escondidas con los amigos, y lograr que los papás dejen que sus hijos tomen en pequeñas cantidades.

"También es clave que, cuando tomen en exceso, los jóvenes no sean vistos como héroes, como los tipos chéveres, sino como estúpidos", subraya.

Esto se logra a través de programas que se han implementado en escuelas y universidades, en los que los estudiantes, gracias a actividades culturales como obras de teatro y canciones, llevan el mensaje a otros de su edad sobre cómo controlar la manera de tomar, concluye.

REDACCIÓN VIDA DE HOY