Basta de cesáreas innecesarias /
En familia
Hace
algunos días leíamos cómo la prensa española celebraba que el número de
cesáreas que se practican en ese país empezó a caer. Teniendo en cuenta las
indicaciones de la OMS, que recuerda que no es justificable que estas
intervenciones superen un 15 por ciento sobre el total de los partos, sus estadísticas,
con cerca de 25 por ciento en el 2007, mostraron un descenso de 8 puntos, al
año 2009.
En
Colombia, otra es la realidad. Se estima que en los hospitales públicos se
realiza actualmente un 35 a 40 por ciento de cesáreas y en las clínicas
privadas, entre el 60 y el 90 por ciento. En contraste, se considera que el 90
por ciento de los partos son de bajo riesgo y, en principio, no habría ninguna
indicación médica para la operación.
Vivimos
una epidemia de cesáreas innecesarias, que incrementa el riesgo para las madres
y los recién nacidos, repercute en las prácticas que favorecen el apego,
entorpece el inicio de la lactancia materna y afecta económicamente el sistema
de salud del país.
El
parto no es una enfermedad. Como bien lo afirma la iniciativa española 'El
parto es nuestro': "Es un acontecimiento íntimo y único en la vida de una
mujer en el que deberíamos tener el papel protagonista y no quedar reducidas a
un objeto pasivo de prácticas quirúrgicas".
A
lo largo de las últimas décadas, las sociedades científicas y organizaciones
nacionales e internacionales han adoptado progresivamente protocolos de
atención del embarazo, parto y nacimiento.
Es
necesario que en nuestro país, el Gobierno, a través de sus autoridades de
salud, también intervenga y adopte una estrategia de atención al parto normal.
Es fundamental capacitar y ofrecer a la mujer un papel protagónico en su
embarazo y parto.
La
tarea no es fácil, pues la mujer colombiana ha incorporado la elección de la
cesárea como parte de la reivindicación de sus derechos y, además, pasa por la
inadecuada remuneración del personal de salud. Por todo esto, la decisión,
además de médica, también debe ser parte de una política integral de salud y de
una reforma conceptual en la manera de abordarla.
HERNANDO
VILLAMIZAR
SOCIEDAD COLOMBIANA DE PEDIATRÍA