El HUV presentó
un balance de gestión del 2012 en el que se reveló que con la intervención
actual se logró el ahorro del $2000 millones mensuales pero, pese a los
recortes y medidas adoptadas, los pasivos siguen en aumento por el no pago de
las EPS.
Un sabor agridulce deja el balance del Hospital Universitario del Valle
del último año, presentado ayer por el director (e) de la institución, Jaime
Rubiano.
Mientras se destacan aspectos positivos, tales como
el ahorro de más de $2000 millones mensuales desde el mes de agosto por el
recorte de gastos innecesarios, el balance financiero aún es negativo, ya que
las EPS persisten en no cancelar sus deudas con la institución.
“Hemos reducido mucho el costo de operación, hemos ahorrado en
suministros e incluso hemos mejorado varios servicios, como el de Urgencias. El
Hospital es viable financieramente, pero mientras no nos paguen, los pasivos
siguen aumentado”,aseguró Rubiano.
Marta Lucía Soto, representante de los usuarios
ante la junta directiva del HUV, destacó como positivas las acciones en el área
administrativa, porque se ha recuperado gran parte de la cartera, “pero no
estoy de acuerdo con sacrificar a los empleados, pues se pasan a veces tres
meses sin pagarles”.
Alba Campaz, vocera de
uno de los sindicatos del hospital, dijo que “ha habido roces porque él
prioriza las alianzas público privadas. Poco a poco le hemos tenido que hacer
entender los derechos sindicales”.
Del 2011 al 2012, los activos del HUV disminuyeron,
de $458 mil millones a $435 mil millones (es decir, $23 mil millones menos). En
contraste, los pasivos aumentaron de $128 mil millones a $153 mil millones ($24
mil millones más). De acuerdo con el director del HUV, Jaime Rubiano, hay dos
factores principales que influyeron en esta situación.
Primero, las EPS aún le adeudan al hospital cerca
de $115 mil millones. Algunas de las entidades que más le deben al HUV están
intervenidas y en proceso de liquidación, por lo que la cancelación de las
deudas es más complicada. Es el caso de Calisalud
(debe $8000 millones), Selvasalud ($12.670 millones),
Salud Cóndor ($10.712 millones) y el ente Departamental del Cauca ($8000
millones). Nada más estas cuatro suman $39.381 millones en deudas.
Segundo, la facturación de servicios del hospital
disminuyó. De acuerdo con el balance presentado, en 2011 se facturó $183.470
millones, mientras que en 2012 se lograron $167.104 millones.
Rubiano asegura que en esta baja influyeron, tanto
la crisis al interior del hospital (la renuncia de la anterior directora, las
protestas sindicales, la falta de medicamentos e insumos, etc.), como la
homologación para los usuarios, que ahora les permite escoger la institución en
la que quieren ser atendidos. “Con todos los inconvenientes, algunos
prefirieron cambiar a otros centros”, dijo.
De acuerdo con el director del HUV, Jaime Rubiano,
al llegar encontraron sobrecostos en la compra de
insumos hospitalarios y de alimentos, en la nómina de contratistas, en la
gasolina y hasta en líneas de celulares.
También había un “exceso de subdirecciones”, pues
existían 25. Al llegar, Rubiano recortó todos estos gastos, pasando de una
nómina de 1200 contratistas a una de 700, reduciendo las subdirecciones a solo
trece y comprando los insumos hospitalarios de forma directa, al igual que los
de la alimentación.
También se redujo el número de líneas celulares. De
agosto a noviembre, el recorte de gastos fue de $2800 millones mensuales. Hoy
hechos algunos ajustes, el ahorro sostenido al mes es de unos $2000 millones.
La principal obra de adecuación física realizada este año fue la de la
nueva Sala de Urgencias del HUV, que se inauguró el pasado 28 de febrero. En
ella se invirtieron $1600 millones de la Estampilla Prohospitales.
También se adecuó la infraestructura del servicio farmacéutico central, que
costó $669 millones.
De igual forma la sala de hospitalización de Ortopedia ($360 millones); también
Imagenología, Consulta Externa y Urología ($1746 millones), entre otras.
Otras construcciones entregadas fueron el tanque de
almacenamiento de agua, por $1772 millones, al igual que la renovación de la
cocina, por $324 millones. Se ha adelantado el 30 % de reforzamiento
estructural antisísmico.
Con la llegada de la nueva administración se creó
un plan de desarrollo, ya que, según Rubiano, no existía. La meta es que para
el 2015 el hospital haya recibido la acreditación de alta calidad y pueda
resolver su crisis actual.
Para este propósito, los frentes de trabajo son:
fortalecer la relación académica con la del servicio (estrechar lazos con la
Universidad del Valle); lograr la sostenibilidad financiera, saneando los
pasivos mediante la producción de servicios propios del hospital; modernizar
los procesos administrativos y tecnológicos (entre estos, sistematizar la
facturación) y el último, finalmente, lograr la acreditación.