Bajó la pobreza en Colombia, pero la desigualdad no

A finales del 2050 se pronostica que la población colombiana ascenderá a 53 millones de personas.

Mayor crecimiento, menor desempleo y los apoyos monetarios, explican que haya menos pobres.

Con una discreción que no deja de llamar la atención, el presidente Juan Manuel Santos reveló el miércoles en un acto de corte académico que la pobreza y la indigencia habían bajado el año pasado frente al 2009.

Incluso, el mismo Presidente no mencionó que sólo en un año, el número de pobres se redujo en 1'147.508 personas, 6,5 por ciento menos que los registrados en el 2009. El salto vino, principalmente, de los pobres extremos: 13,9 por ciento, es decir, 877.292 colombianos salieron de esa condición.

Esos resultados corresponden a la nueva metodología propuesta por una misión de organismos internacionales y expertos independientes, en la cual también participaron el Dane y el DNP, y que fueron acogidos por el Gobierno, dijo el director de esta entidad, Hernando José Gómez.

Con la 'vieja' forma de medición también se redujeron la pobreza y la indigencia, aunque en proporciones más pequeñas. De todas maneras, el Dane pondrá a disposición de los investigadores las bases de datos para que hagan las consultas y ejercicios que consideren pertinentes.

La nueva metodología también da cuenta de que en medio de las ganancias en pobreza e indigencia, medidas por los ingresos monetarios, la desigualdad no da tregua.

El año pasado tuvo un leve aumento. Ese incremento fue mayor en las cabeceras que en las zonas rurales. Así, en el campo hay más pobreza, pero en las cabeceras hay mayor desigualdad.

Las marcadas diferencias entre la zona urbana y rural, advierte un documento del DNP, indican que el esfuerzo que hay que hacer para sacar un hogar de la pobreza es mucho mayor en el campo.

En la reducción de los pobres e indigentes, explicó Gómez, tienen que ver aspectos como la recuperación de la economía (con crecimiento de 4,3 por ciento en 2010); la caída del desempleo; las transferencias monetarias -como las que se hacen cada dos meses a alrededor de 2,5 millones de Familias en Acción-, que es una de las variables que se incluyeron en la medición de ingresos, y una mejor información sobre ingresos y gastos de la población.

Además, los aumentos de cobertura en educación pública y salud subsidiada les han liberado recursos a los hogares para destinarlos a otros gastos, "y esto ha ayudado", agrega el director del DNP, quien enfatiza en la importancia de una "política social bien focalizada en los pobres" y comenta que la metodología adoptada es la que aplica la gran mayoría de países de América Latina. "Nos estábamos autoflagelando mucho, en el sentido de que teníamos unos indicadores más exigentes; por ejemplo, no incluíamos las transferencias monetarias", precisa.

Políticas a la carta

Los índices se regionalizarán para diseñar políticas según los atrasos específicos que tenga cada área.

Índice de 5 dimensiones

La medición de la pobreza por ingresos se complementará con el Índice Multidimensional de Pobreza (IMP), diseñado por Oxford Poverty and Human Development Iniatiative (OPHI), que el DNP, con su apoyo, lo 'colombianizó' para hacerlo más exigente y le incluyó más variables de niñez y juventud, educación, trabajo, salud y vivienda y servicios públicos. La pobreza en el 2010 fue 31 por ciento. La meta es llevarla a 22 por ciento en el 2014.

La importancia del IPM, destacó Hernando José Gómez, es que permite saber "por dónde es que está viniendo la pobreza: si es un problema de informalidad o de habitabilidad o de calidad de la educación, etc.".

En otras palabras, saber qué cosas están empujando hacia abajo la calidad de vida de la población, lo que, agregó, será muy útil para orientar las políticas sociales.

JORGE CORREA C.
REDACCIÓN DE ECONOMÍA Y NEGOCIOS