A través de un testimonio de vida hacemos una
radiografía sobre la asexualidad. Personas que pueden
vivir sin sexo sin dejar de ser felices.
En una sociedad donde la pornografía está de moda en la literatura, donde
los escándalos de adicción al sexo venden, donde los orgasmos vienen
concentrados en píldoras azules, es difícil concebir la idea de una persona
indiferente o apática ante el sexo.
Johanna Villamil, artista y gestora cultural, dice que: “No hay deseo sexual
hacia otras personas, podríamos hablar de fetichismo o prácticas de sexualidad
no convencional. Se siente excitación física, pero se prefiere otras
actividades para pasar agradable”.
Cuando ella cuenta que el sexo no es lo suyo, la gente, después de mirarla
como a bicho raro, le dicen que “seguro no ha conocido al hombre ideal”, “que
ya va a pasar”, que “es hormonal”. No hay tal, es una condición permanente.
Según el sexólogo Ezequiel López “hay personas que nunca han tenido
episodios traumáticos, pero no sienten ese impulso sexual”. “Se nace asexual”,
complementa Johanna, para quien serlo en Latinoamérica, “donde las mujeres se
realizan cuando tienen hijos y los hombres son machos si son buenos
sementales”, es cosa seria. Por eso, muchos no salen del clóset, se ven
presionados a llevar una vida sexual activa o permanecen solteros.
Asexuales famosos hay muchos: Frédéric Chopin,
como lo afirmó su compañera George Sand; Salvador
Dalí, en su libro ‘Vida Secreta’ se refirió al sexo como“aquello
no es para mí”. Y Adolf Hitler cuya falta de sexualidad fue discutida en ‘The Hidden Hitler’.
Johanna Villamil es artista y gestora cultural bogotana, tiene 26 años y a
los 22 descubrió que era asexual.
”El sexo es genial. Lo que no me parece genial es que se trate el sexo como
una obligación, cuando debería ser una opción. Y que se mezcle con conceptos
como el amor o la intimidad, pueden ir de la mano pero no son la misma cosa”.
En el colegio cuando sus compañeras le hablaban de su atracción sexual por
un chico, era como si le hablaran en mandarín. Tener relaciones sexuales no
despejó sus dudas. No sentir la necesidad de tener sexo la llevó a leer mucho
del tema y desde 2010 es vocera de los derechos de los asexuales: “No sentir
atracción sexual no hace a las personas inmaduras, fracasadas o infelices.
Para la felicidad no hay receta. No se trata de vivir la vida sexual como si
se siguiera una guía de instrucciones. La asexualidad
se ha tratado como una enfermedad, un trauma, y no lo es”, afirma.
“Si a alguien no le interesan las matemáticas no es que tenga un defecto en
su cerebro, solo siente interés por otras cosas. Quien no está interesado en el
sexo prefiere otras formas de conectar con otro y expresar su sexualidad”,
agrega.
Para estos ‘ángeles terrenales’ se puede ser feliz sin sexo. Son socialmente
activos y sexualmente pasivos. Disfrutan de la soledad, mas cultivan la
amistad. Prescindir del coito no significa renunciar a la pareja, también se
enamoran.
Según Aven (Asexuality Visibility and Education Network), tienen las mismas necesidades
emocionales que el resto de mortales. Algunos nunca han besado y otros tienen
cierto impulso sexual y se masturban para sentir placer, pero no sienten
interés de dirigir esa energía hacia otros.
La asexualidad se presenta en una de cada 100
personas. Se cree que 400.000 colombianos serían asexuales, de un total mundial
de 70 millones. Un estudio británico analizó 18.000 respuestas de personas
encuestadas sobre su vida sexual. Un 1% respondió que “nunca se sentía atraído
por otra persona”, lo que Anthony Bogaert catalogó
como “asexualidad”.
En su libro ‘Understanding Asexuality’,
él dice que la falta de apetito sexual no hace a estas personas desgraciadas:
“Si no le interesa el paracaidismo, ¿debería diagnosticarlo como un desorden de
bajo deseo de paracaidismo?”. Según Raúl Paredes, del Instituto de Neurología
de la Universidad Autónoma de México, los asexuales no tienen problemas de
erección.
En España y en México algunas personas crearon, hace siete años, un foro
privado para asexuales, donde contaban sus experiencias. Hace cuatro años un
joven español creó la red social Asexuales.tk. Y hace
tres años, la bogotana Johanna Villamil inició el proyecto de Dignidad y
Educación de la Sexualidad, donde trabaja con la comunidad LGTBI de manera
presencial, a través de charlas, conferencias, marchas.
El grupo Aven (Asexuality
Visibility and Education Network), fue fundado en 2001 por David Jay, un
californiano de 30 años y hoy en día cuenta con 60.000 miembros.
-‘La casa de los espíritus: Una mujer muestra signos de asexualidad,
dice que el coito le produce dolor en los huesos.
-‘Cien años de Soledad’: En la novela de Gabriel García Márquez, ‘Remedios,
la bella’ nunca se sintió atraída por ningún sexo.
-‘Diario de una asexual’: Alain Latour detalla la asexualidad
a través del diario de Lucía, donde habla de sus dudas y miedos.