Asesinatos por venganzas siguen en aumento en Cali, según Observatorio

Arabella Rodríguez, coordinadora del Observatorio Social, explicó que los homicidios por intolerancia han disminuido. Pero han aumentado los asesinatos por venganzas y ajustes de cuentas entre grupos criminales.

Hasta el año pasado la mayoría de los homicidios en Cali ocurrían por problemas de intolerancia social. Sin embargo, desde hace unos meses detrás de la mayor parte de las muertes violentas hay otra razón: ajustes de cuentas entre grupos criminales.

Arabella Rodríguez, quien desde hace tres meses es la coordinadora del Observatorio Social, entidad que analiza las cifras de violencia en Cali, explica que el cambio se debe al aumento de los enfrentamientos entre pandillas y a las venganzas de bandas del microtráfico.

En entrevista con El País, la analista de seguridad también explicó por qué en el primer semestre de este año los asesinatos en Cali aumentaron.

Luego de tres meses en la coordinación del Observatorio Social, ¿cuál es su análisis de la violencia en Cali?

Desde que laboré en el programa Cali Cómo Vamos he tenido la referencia de que la violencia tiene un componente de exclusión muy alto porque se concentra en las comunas con mayores niveles de pobreza. Pero también me ha sorprendido mucho cómo la impunidad y la cultura de la ilegalidad propician que las personas tomen tan fácilmente la decisión de quitarle la vida a otro.

Precisamente, el alto índice de homicidios ha sido desde hace años una constante en la ciudad, ¿qué ha faltado para lograr una disminución real?

Los homicidios en Cali tienen tres componentes que hacen que la tendencia sea alta. Uno de ellos es el microtráfico, en el que se requiere mucha investigación judicial, desarticulación de las estructuras delictivas e inteligencia para desarmar de raíz a esas bandas. El segundo componente es el de pandillas, que demanda una intervención social, de prevención y de oportunidades porque los homicidios de pandillas están relacionados cada vez más con el microtráfico. El tercer componente es la intolerancia y allí es necesario un trabajo de cultura ciudadana y de valores, además del control al consumo de licor en sitios públicos.

Según el análisis del Observatorio, ¿quiénes están detrás de los crímenes en Cali?

Es una verdad a gritos que en Cali la reorganización de las bandas criminales está detrás de las vendetas que incrementan los homicidios.

Teniendo en cuenta que el 90 % de los homicidios se comete con armas de fuego, ¿no cree que la ciudad ha sido negligente a la hora de controlar la circulación de estos artefactos?

Hay argumentos de la Alcaldía que dicen que entre menos armas circulen en la ciudad, menos probabilidades hay de morir. Sin embargo, la Tercera Brigada del Ejército sostiene que hay demasiado armamento hechizo y desarmar a los legales no es la solución.

¿Y cuál es su punto de vista?

Yo creo que quien porta un arma no es un ciudadano del común que debe defenderse, a no ser que enfrente una situación de riesgo, pues quien porta un arma está dispuesto a usarla, así sea por defensa propia. Por tanto, la medida del desarme debería aplicarse en toda Cali.

Hay voces en la ciudad que reclaman más transparencia en las cifras de violencia. Le doy un ejemplo: hoy en la página del Observatorio el balance de homicidios está solo hasta marzo de este año. ¿No le parece que esa falta de actualización da la sensación de que se estuviera ocultando algo?

Yo le puedo decir que Cali es una de las ciudades del país que, históricamente, ha tenido el mejor sistema de seguimiento y análisis de los homicidios. Nosotros tenemos semanalmente un comité de muertes violentas, en el que la Policía, la Fiscalía, Medicina Legal y la Alcaldía sacan un dato estimado de los asesinatos. El comité se reune todos los martes y los jueves se presenta el balance en el Consejo de Seguridad.

Pero si ese sistema es tan riguroso, uno no entiende por qué la Personería siempre entrega cifras distintas a las del Observatorio Social. De hecho, en varias oportunidades, se ha criticado a la Alcaldía por no incluir en los balances a los heridos que luego fallecen...

Lo que ocurre es que nosotros esperamos a que pasen los 30 días de rigor para determinar si efectivamente se trató de un deceso, que debe contabilizarse en el mes en el que ocurrieron los hechos, o si no se puede asociar la causa de muerte a la herida inicial. Mientras que la Personería sí los incluye de inmediato.

Aunque la Alcaldía no ha presentado la cifra oficialmente, lo cierto es que hasta junio de este año en Cali se han cometido 954 asesinatos, 127 casos más que en el mismo período del año anterior. Eso corresponde a un aumento del 16 %, un balance muy grave...

Sí, pero es un aumento que está focalizado en siete comunas. No le voy a decir que eso sea una razón válida, sino que si uno ve los móviles y las víctimas se da cuenta de que los casos se relacionan con venganzas y pandillas, que están en cinco barrios de la Comuna 15, en tres de la 6 y en dos de la 21. Esos sectores son caldo de cultivo para las bandas criminales y eso requiere una intervención más allá del Plan Cuadrantes.

Pero lo que más preocupa es que en cinco de las seis comunas intervenidas por la Alcaldía los homicidios se incrementaron. Eso es una clara muestra de que la estrategia no está dando resultados...

Solo en dos comunas los homicidios aumentaron en una proporción alta. Le estoy hablando de la 15 y la 21. En las comunas 13, 14 y 16 la tendencia es a estabilizarse e, incluso, a disminuir. Entonces, para mí la conclusión es que si no se hubiera hecho esa intervención, la situación de Cali sería mucho más crítica, pues no serían solo dos comunas las que presentaran incrementos fuertes, sino todas las del Distrito de Aguablanca.

Usted me está hablando solo de las comunas 15 y 21, pero lo que dicen las estadísticas es que en las comunas 11 y 6 también se registró un aumento muy alto en las muertes violentas: 174 % y 162 %, respectivamente

Sí, lo que ocurre en la Comuna 11 tiene una relación estrecha con la Comuna 12, pues son zonas de microtráfico, donde hay una disputa por los sitios de expendio de drogas. Y la situación de la Comuna 6 se debe a que limita con el río Cauca, el cual es un canal de circulación de armas y estupefacientes.

El año pasado el Alcalde decía que la mayoría de los asesinatos se cometía por intolerancia social y hoy se dice que un gran porcentaje corresponde a ajustes de cuentas. ¿Cómo ha sido esa transformación?

Sí, es cierto. La Comuna 15, donde se ha evidenciado la guerra entre pandillas y la entrada de grupos criminales a pelear territorio, es un claro ejemplo de que esa reconformación de los homicidios se dio este año. Sin embargo, hay comunas como la 22 y la 19, donde todavía el fenómeno de las bandas no está muy acentuado y, por lo tanto, el componente de intolerancia sigue siendo una de las causas de los homicidios. Lo que puedo decir es que en Cali ha bajado el número de crímenes por intolerancia a raíz del incremento que han tenido los de venganzas y microtráfico; los cuales ocurren en las comunas del Oriente y de Ladera.

Pero no solo en esas zonas, los homicidios por ajustes de cuentas se han desplazado a toda la ciudad. Solo en febrero de este año, en un mismo día, asesinaron a cuatro personas en dos centros comerciales. Y en junio hubo otro muerto en otro centro comercial...

Yo le diría que la probabilidad de que un caleño pueda ser afectado por un cruce de disparos entre miembros de bandas criminales en un centro comercial o en un barrio residencial es supremamente baja. Mientras que eso sí puede ocurrir en las zonas donde están esos grupos criminales. Lo que pasa es que cuando se presentan esas peleas, ellos se persiguen por toda la ciudad.

Usted, que desde Cali Cómo Vamos analizó durante varios años el comportamiento de la ciudad en diferentes aspectos, ¿cree que la inseguridad sigue siendo el talón de aquiles?

La percepción ciudadana es muy sensible a tres temas: movilidad, generación de ingresos y seguridad, pero está última es la más propicia a la difusión de noticias desfavorables. Entonces, si uno es habitante de los barrios más afectados, es imposible que se sienta seguro porque el riesgo que enfrenta es tres veces mayor a una persona que vive en otro sector. Pero el Plan Cuadrantes y otras iniciativas han hecho de algunas comunas, como la 22, 17 y 19, zonas más seguras.

Pero, como usted misma lo dijo, hay zonas donde el Plan Cuadrantes se queda corto. De hecho, en la última encuesta de Cali Cómo Vamos el 58 % de los habitantes dijo ni siquiera conocer esta estrategia de la Policía...

El Plan Cuadrantes debe mantenerse pero además se debe innovar en los sectores con mayor concentración de pandillas, porque allí se produce una desproporción en la capacidad. Uno ve cómo cuatro policías de un cuadrante, con un arma de dotación, tienen que enfrentarse a delincuentes que utilizan armas de largo alcance y hasta fusiles.

Por esa razón, en esos sectores la comunidad reclama la presencia del Ejército, pues cree que ellos sí pueden pelear de tú a tú con esas bandas.