Es
innegable que existe un problema: las mafias encontraron la forma de
reconvertir la pseudoefedrina, un descongestionante
presente en la mayoría de los antigripales del mercado, en la base para la
fabricación de drogas psicoactivas como el 'éxtasis'.
Según el Fondo Nacional de Estupefacientes, la importación de este principio
activo ha crecido de manera alarmante. Solo el año pasado se importaron 27 toneladas,
siete más que en el 2007. El asunto es más que preocupante, pues un solo kilo
de pseudoefedrina alcanza para fabricar 50.000
pastillas de 'éxtasis', que adolescentes consumen en las fiestas como si fuera
un dulce.
Aunque otros países ya han detectado el problema -y puesto en marcha medidas
para contenerlo-, en Colombia apenas ahora se visibiliza. Con base en informes
del Fondo, el Invima le recomendó al Ministerio de la
Protección Social que emita una directriz que ordene a los laboratorios cambiar
la pseudoefedrina por otro principio activo en sus
antigripales. Mientras esta reformulación se produce, la Comisión Revisora de
Medicamentos del Invima sugiere que los que la
contienen se vendan solo bajo fórmula médica.
El Ministerio comparte las preocupaciones de este equipo técnico del Invima y aún está estudiando estas recomendaciones, razón
por la cual no ha tomado ninguna decisión. No obstante, es importante que las
autoridades aclaren a la gente que una cosa es que unas mafias hagan un uso
criminal de estos productos, y otra, la seguridad de esos antigripales: en
otras palabras, usados racionalmente no representan un peligro para la salud.
Es importante deslindar un asunto del otro, pues condicionar el uso de estos
medicamentos a la expedición de una fórmula médica no solo genera problemas
administrativos y congestiones innecesarias en los servicios de salud, sino que
confunde. Los fármacos son sometidos a restricciones cuando su venta libre
representa un riesgo para los usuarios. Si ese es el caso de los antigripales,
que lo aclare el Invima.
Lo que subyace este episodio es el lamentable incremento del uso de las
llamadas drogas de diseño (como el 'éxtasis') entre la juventud, contra lo cual
poco o nada se hace. Este tema debe ser abordado de manera integral, en el
marco de una política seria, que no da más espera. Sea mediante una regulación
más estricta o su total eliminación de este tipo de remedios, el acceso a esta
sustancia debe ser controlado. De lo contrario, habrá que seguir permitiendo
que botiquines y droguerías surtan, sin quererlo, materia prima para adictos y
narcotraficantes.