Años dorados y saludables
Agosto 23 de 2009

Prodigarle cuidados a un adulto mayor en casa es casi como atender un bebé. Hay que extremar la atención en aspectos como su alimentación, higiene, medicamentos e, incluso, la disposición de los elementos en el hogar para que se muestre como un viejo guayacán o para evitar que su salud se deteriore.

El País elaboró una guía de cuidados para tener en cuenta en los años dorados, con la asesoría del geriatra Guillermo Zapata, las gerontólogas María del Carmen Izquierdo, Claudia Maroxia y la cuidadora María Isabel Figueroa Perdomo.

Cuidadores

Quien se encargue de cuidar a un adulto mayor – familiar, enfermera u otro individuo—debe ser ante todo una persona paciente, tolerante, responsable, amorosa, con buen humor. Que tenga el perfil que un adulto mayor necesita: que le brinde la mano, lo lleva al médico, le suministre los medicamentos, lo ayude a bañar, a vestir, que tenga tacto para tratarlo, y hasta escuche con atención sus historias. Entre los dos debe existir empatía.

El cuidador debe tener claridad sobre la enfermedad o males que el adulto mayor esté presentando y su pasada historia clínica.

No debe suponer nada, sino obtener información real manteniendo una constante comunicación con el paciente.

Tiene que estar enterado sobre la verdadera personalidad de su paciente: si es agresivo, depresivo, tímido, etc.

Debe suministrarle los medicamentos a tiempo y en las dosis indicadas y conocer las contraindicaciones de los mismos.

Logística en casa

Tratar en lo posible que el cuarto del adulto mayor esté en el primer piso para evitar que deba subir y bajar escaleras y que en la casa las baldosas sean antideslizantes.

Evitarles obstáculos por donde transitan que los puedan enredar y ocasionar caídas como tapetes, mesas, escalones. Cuidar que los pisos no estén mojados.

Que su cama no sea tan ancha ni tan angosta y que el colchón tenga la capacidad para su peso.

Mantener juegos de almohada que les permita acomodarse bien, acorde con el mal que padecen. Si sufren de reflujo, que les facilite estar medio sentados. Si tiene pierna fracturada que pueda sostener la otra pierna sin dificultad.

Proporcionarle un asiento ergonómico, que le permita no quedar con los pies levantados ni doblados. Que tenga de dónde agarrarse para incorporarse sin problema.

Al baño que usa el abuelo ponerle pasamanos para que ellos tengan de dónde prenderse; también ponga un timbre para que pueda solicitar ayuda en caso de un contratiempo. El timbre también es recomendable en el cuarto. Sugerirle que prenda la luz si va al baño.

Aprovisionarlos de un pato o vasenilla si sufre de incontinencia o si el baño le queda un poco distante.

A los pacientes postrados que el nochero no les quede tan pegado ni tan alejado de su cama.

Ojalá que su espacio mantenga libre de cerraduras que les impida salir.

Alimentación

Dieta balanceada baja en grasa, sal y azúcar. Por sus dificultades para morder se le debe ofrecer dietas blandas (alimentos licuados, papillas, cortada en pequeños trozos), muchos líquidos. Legumbres, frutas y verduras no deben faltar.

Debe ser una cocida aparte, su preparación no debe ser como la del resto de la familia. No servir los alimentos tan calientes para que si se les riega no le pase nada.

Respetar sus horarios de alimentación. La última comida debe ser tipo 5:00 o 6:00 p.m. liviana, de fácil digestión (un jugo y una tostada; un caldito, una papilla).

Eliminar el café. Hay muchos que no toleran la leche porque sienten acidez estomacal. Se recomienda la leche de soya.

No consumir frutas en la noche porque afecta el buen sueño.

Fracturas y otros males

Si el anciano está postrado en una cama hay que cambiarlo de posición con regularidad, hacerle masajes con crema y revisar diariamente para que no se le formen laceraciones ni llagas en la piel.

Las malas posiciones o el manejo inadecuado de muletas, sillas de rueda pueden ocasionar molestias daños a nivel muscular o de columna.

Los movimientos muy bruscos o rápidos pueden detener los procesos de cicatrización.

Tener cuidado con la zona enyesada al momento del baño, cubrir la parte afectada con una bolsa plástica o hacer baño de esponja. Procurar aplicar ungûentos o cremas para que no haya deterioro en la piel, pues generalmente el yeso reseca la dermis.

Después de una convalecencia por enfermedad infecciosa, continuar en casa el tratamiento de antibióticos o desintoxicantes recomendados por el médico, porque si se genera una nueva infección, se produce una mutación y el germen viene con más fuerza y no combatirá fácilmente.

Los abuelos son propensos a las gripas. Se debe procurar que la cabecera de su cama no esté junto a una ventana.

Suministro de medicamentos

Se debe tener especial cuidado para que tomen o se les suministren los medicamentos a tiempo, en la hora estipulada y en la dosis requerida. Un retraso en la toma de una droga lo puede descompensar.

Hay que velar porque no tengan sobredosis de medicina, olviden tomarla o las confundan.

A los pacientes independientes se les debe rotular los medicamentos con letra o con números grandes.

Y anotarles el horario de las tomas y las dosis.

En un tablero que ellos puedan ver constantemente se les debe también anotar el horario de los medicamentos y así facilitarles su consumo.

Cuidados higiénicos

Se deben bañar o ser bañados a diario. Si sufren de hipotermia bañarlos con agua tibia. Hay que incentivarlos, por ejemplo con salidas, para que se aseen, pues algunos por la depresión que sufren tienen muy baja autoestima y no les importa mostrarse desaliñados. Si son autónomos una persona debe estar pendiente de que se limpien bien zonas como los genitales, las axilas.

El cepillado diario también es importante. El desaseo en los dientes trae problemas digestivos.

Se le puede incentivar comprándoles productos de aseo, cremas para el cuerpo y perfume.

A los que sufren de incontinencia urinaria y están postrados en cama hay que cambiarles el pañal después de cada micción para que no tengan luego problemas de piel por hongos. Si defeca, hay que evitar limpiarlo con pañitos húmedos para bebés porque no es lo mismo las heces de un bebé que la de un adulto. Es mejor el aseo con agua tibia.

Después del aseo, aplicarles crema humectante.