Recién nacidos y mujeres embarazadas, entre los más afectados por la anemia

20 por ciento de las muertes de mujeres embarazadas en el mundo se asocian con episodios de anemia, de acuerdo con informaciones de la Organización Mundial de la Salud.

Cuando la concentración de glóbulos rojos o la producción de hemoglobina son inferiores a lo normal viene la anemia, una condición que no hay que descuidar.

La anemia, esa que produce una palidez anormal de la piel y de los labios, taquicardias y un cansancio injustificado, puede deberse a una hemorragia o a un déficit de hemoglobina o de glóbulos rojos, que son los agentes que permiten la distribución por todo el organismo del oxígeno que llega a los pulmones.

Otros síntomas se presentan cuando la anemia es más grave. Por ejemplo, mareos o vértigo, ciclos menstruales irregulares, llagas en boca o lengua, dificultad de cicatrización de heridas, aumento del tamaño del bazo o del hígado y retraso en el crecimiento o desarrollo.

De acuerdo con un estudio de la Universidad Javeriana de Bogotá, en Colombia uno de cada tres niños entre 1 y 4 años (el 33,2 por ciento) sufre de anemia. También afecta al 37,6 por ciento de los niños entre 5 y 12 años y al 32,8 por ciento de mujeres entre 13 y 49 años.

Precisamente, esta condición es de particular cuidado cuando una mujer está embarazada. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud el 20 por ciento de las muertes de futuras mamás en el mundo se debe a esta causa, y en Colombia las estadísticas hablan de un 44,7 por ciento de incidencia entre las embarazadas.

Distintas clases de anemia

La falta de hierro está en la génesis de la variante más habitual de esta enfermedad pero, a veces ocurre, que hay un paradójico exceso del mineral referido.

Estas anemias raras son unas patologías no transmisibles, que pueden ser hereditarias o adquiridas y que obligarán a establecer nuevos planes y estrategias de diagnóstico precoz y de seguimiento.

Además de la anemia ferropénica (por falta de hierro), que es la más común, las variantes más habituales son: la megaloblástica, la hemolítica, la falciforme o drepanocítica, la talasemia o anemia de Cooley, la aplásica y la crónica.

La anemia falciforme es una enfermedad hereditaria de los glóbulos rojos y quienes la padecen tienen una hemoglobina anormal que hace que esos glóbulos rojos adopten la forma de una letra 'C' y que se endurezcan.

Ello, a su vez, provoca que dichos glóbulos mueran antes y se descompongan más rápidamente que los normales, lo que se traduce en anemia.

La anemia falciforme afecta a miles de recién nacidos cada año, mayoritariamente en países con pocos recursos.

El jefe de la unidad de Eritropatología del Hospital Clínico de Barcelona (España), Joan Lluis Vives-Corrons, asegura que, "en el caso de la anemia falciforme, el cribado neonatal (programa que se usa para identificar males relacionados con la genética, endocrinología, metabolismo o infecciones en los recién nacidos) disminuye la tasa de mortalidad del 8 al 1 por ciento". Aclara, sin embargo, que no todas las anemias raras son mortíferas.

En lo que se refiere a la talasemia, el experto explica que "un adulto con esta enfermedad habrá recibido no menos de novecientas transfusiones de sangre antes de cumplir los 33 años, un dato que refleja la gravedad de esta patología".

La talasemia, caracterizada por una alteración genética de la sangre, con una supresión parcial de la hemoglobina, provoca que los niños se vuelvan anémicos entre los seis meses y dos años de vida, lo que les obliga a realizar transfusiones de sangre cada 4 ó 6 semanas, que les originan una sobrecarga de hierro que les daña el hígado, corazón y otros órganos.

Para evitar estas complicaciones, los pacientes tienen que ser sometidos a un tratamiento que les ayuda a eliminar el exceso de ese mineral, aunque la única cura posible pasa por el trasplante de médula ósea.

Cada año nacen en el mundo unos 300.000 bebés con este síndrome, y actualmente el tratamiento preventivo más adecuado es el diagnóstico prenatal en parejas con riesgo.

Enfermedad estudiada

Sin embargo, las personas afectadas de forma crónica por falta de hierro pueden suplir este déficit con la ferroterapia, un tratamiento consistente en la administración del mineral por vía intravenosa que, según un grupo de investigadores de la clínica universitaria de la Charité de Berlín (Alemania), puede mejorar su calidad de vida.
Stefan Anker, director de la investigación, aseguró que "la falta de hierro desempeña un papel fundamental en multitud de enfermedades crónicas, como por ejemplo tumores, afecciones renales o pulmonares".

No obstante, los agentes usados para tratar la anemia en los enfermos de cáncer a base de estimular la producción de glóbulos rojos también incrementan la mortandad, por lo que se debe valorar si el beneficio de estos medicamentos supera a los inconvenientes.

Según un estudio publicado en abril del 2009 por la revista científica The Lancet de los profesores Julia Bohlius, de la Universidad de Berna (Suiza) y Andreas Engert, de la de Colonia (Alemania), los llamados "agentes estimulantes de la eritropoyesis" reducen la necesidad de someterse a transfusiones de glóbulos rojos y pueden mejorar la vida de los enfermos de cáncer, "aunque a la vez aumentan el riesgo de padecer un ataque al corazón, de sufrir un derrame cerebral y además estimulan el crecimiento tumoral".

Cambios en la alimentacióna

A pesar de que la anemia es, en términos generales, difícil de tratar, existen una serie de pautas (cambios alimenticios, suplementos nutricionales o fármacos específicos) que permiten controlar la enfermedad.

Por ejemplo, el anémico debe incluir en su dieta para combatir su problema las carnes rojas, las espinacas y otras hortalizas de color verde oscuro, así como los frutos secos -cacahuete y almendras, sobre todo-, los huevos, los guisantes, las legumbres, las frutas frescas (plátanos y naranjas) y algunas frutas secas, como las uvas pasas.

Los suplementos nutricionales más recomendados por los especialistas son las vitaminas C y B12 y el ácido fólico.

En lo que se refiere a los fármacos más usados en los tratamientos hay que incluir los tratamientos hormonales para mujeres adultas y adolescentes.

También se han ensayado con éxito las hormonas sintéticas de eritropoyetina que estimulan al organismo para la producción de glóbulos rojos, si bien la Agencia Europea del Medicamento (AES) advirtió que este tratamiento conlleva riesgos en ciertos grupos de pacientes, por lo cual debe ser el médico el que valora si lo receta.

EFE REPORTAJES