Crisis alimentaria sumió a 44 millones en la pobreza extrema en 2010

De esta forma son ya 1.200 millones de personas que viven con menos de 1,25 dólares al día.

La situación del alza de precios en los alimentos aumenta más la problemática de los más pobres. Así lo explicó la directora ejecutiva del Banco Mundial, la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala, durante la reunión de los Países Menos Desarrollados (LCD, por sus siglas en inglés), que se celebra esta semana en Estambul (Turquía). 

El anuncio coincide con un estudio de las universidades de Stanford y Columbia (EE.UU.), en el sentido de que ese aumento en los precios tuvo como uno de sus principales responsables al cambio climático. 

De acuerdo con el Banco Mundial, más de 900 millones pasan hambre, es decir, uno de cada siete habitantes del planeta. Esto corresponde a un incremento del 36 por ciento de los precios de los alimentos en el último año, que llegaron a niveles similares a los del máximo histórico de 2008, cuando la combinación de la crisis financiera y los polémicos biocombustibles llevaron a una grave crisis alimentaria que, según Okonjo-Iweala, provocó revueltas en todo el mundo. 

A lo anterior se sumó el calentamiento global, que redujo la producción global de trigo y maíz en más de un tres por ciento durante las últimas tres décadas, comparado con las proyecciones de crecimiento sin un aumento de temperaturas.

Los impactos se tradujeron en un aumento de hasta un 20 por ciento en el precio promedio de las materias primas, que fue obligatoriamente compensado con un precio mayor en los mercados, dice el anuncio de Stanford y Columbia, que además fue publicado en la revista Science.

"Los cambios climáticos ya están ejerciendo un rezago considerable en el crecimiento del rendimiento de los productos alimenticios", dice ese estudio titulado Tendencias Climáticas y Producción Global de Cultivos desde 1980.

Los autores usaron modelos de rendimiento de cultivos con y sin cambios de temperatura y lluvia, para mostrar una caída global de un 5,5 por ciento en la producción de trigo y de un 3,8 por ciento para el maíz como resultado de los fenómenos climáticos extremos en los últimos 30 años. 

El efecto de esta crisis se ha sentido más entre los países menos desarrollados. "La clave es que la comunidad internacional les ayude a mitigar los efectos de la crisis de alimentos", opina Okonjo-Iweala.

Según esta directiva, exministra de Asuntos Exteriores y Finanzas, se deben crear "redes de protección" en los países más afectados, con programas de alimentación infantil en las escuelas, protección para las madres embarazadas o iniciativas de pago de salarios a través de alimentos. 

"Una nutrición apropiada no es algo que se hace sólo por el bien de los niños, es algo indispensable para el desarrollo humano de estos países en los próximos años", afirmó el profesor británico Richard Jolly, economista británico y el número dos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). 

La producción agrícola deberá crecer un 70 por ciento hasta 2050 para poder alimentar a la población mundial, que para entonces se habrá elevado a los 9.000 millones de personas. Estos países más pobres aún tienen 'grandes extensiones arables' y su agricultura es poco productiva, por lo que hay opciones para mejorar.

REDACCIÓN VIDA DE HOY