VÍCTOR HUGO VARGAS R.
PARA EL TIEMPO MEDELLÍN En un
rincón oscuro de barrio Triste, sector industrial del centro de Medellín, un
‘jíbaro’ manipula un líquido transparente que distribuye proporcionalmente en
pequeños frascos.
Lo que envasa es cloruro de
metilo o ‘dic’, un hidrocarburo utilizado para limpiar máquinas industriales y
que ahora es una de las drogas de moda entre los adolescentes de Medellín, que
tiene en alerta a las autoridades de la ciudad.
El distribuidor compró el
frasco de ‘dic’ sin ningún problema.
Se trata de un producto de
venta libre, cuyo valor en el mercado no supera los 2.500 pesos y que ha
reemplazado entre las novedades al ‘popper’.
El hombre venderá ilegalmente
cada uno de los 12 frasquitos que saca a un precio que oscila entre 5 mil y 10
mil pesos, “según el marrano”, precisa con sonrisa de ironía.
Cada uno de esos frascos
podría terminar en manos de estudiantes, entre los 12 y los 16 años, que
acostumbran a humedecer el líquido en las mangas de sus buzos o un pañuelo para
inhalar los volátiles vapores.
Estos viajan rápidamente
hasta los pulmones y el cerebro de los jóvenes.
Esta es la escena que se esta
repitiendo cada vez con mayor frecuencia en las aulas de clase, los baños de
los colegios y fiestas juveniles, y que tiene en alerta a padres de familia y a
expertos por sus efectos sobre la salud de los muchachos.
Según el toxicólogo Hugo
Gallego, el ‘dic’ comenzó a consumirse hace cerca de dos años y genera peligro
de arritmias cardiacas, causa daños pulmonares e implica una alta toxicidad
para el hígado, los riñones y el cerebro.
Para él, es posible que los
controles impuestos a la venta de pegantes haya
impulsado a los jíbaros y consumidores a experimentar con otras opciones que
derivaron en la moda del ‘dic’.
Depresión de tres meses Pero,
¿por qué los jóvenes ponen en riesgo sus vidas con estos nuevos productos?
Según la psicóloga Carolina Uribe, coordinadora del Comité Departamental de
Prevención en Drogas de Antioquia, los jóvenes experimentan con nuevas opciones
porque “ya conocen los efectos de las drogas tradicionales y las consideran
normales”.
Y es que además del consumo
de ‘dic’, los jóvenes de Medellín siguen exponiéndose a las drogas sintéticas
más letales del mercado, que cada tanto tiempo pone de moda sus nefastos productos:
Crystal Meth, Ketamina y G (yi, por su
pronunciación en inglés) son algunas de las drogas de moda entre los ‘jíbaros’
alternativos.
Estas drogas implican riesgos
que van desde derrames cerebrales y paros cardiacos hasta el coma y la muerte
misma, advirtió el toxicólogo Gallego.
“En este momento tengo de
pacientes a dos jovencitas que luego de consumir Crystal
Meth, han quedado sumidas en un profunda depresión
que podrá durar meses”, indicó el experto.
Hasta el momento el
toxicólogo Gallego no ha tenido que atender un caso mortal por el ‘dic’.
“Y espero no tener que
hacerlo”, dijo el experto.