Si es alérgico a un alimento, no lo consuma ni en pequeñas cantidades.

Lorenzo tenía menos de un mes de nacido y ya era evidente un problema de alergia, pues se brotaba con facilidad. Sus padres pensaban que era 'acné del lactante', que dura apenas unos pocos meses. Sin embargo, un infectólogo le ordenó exámenes de sangre y se confirmó su alergia permanente: la leche y sus derivados, así como el trigo, el maní y el centeno, eran los causantes de la reacción.

Como el bebé lactaba, su madre seguía una dieta estricta y evitaba consumir estos alimentos, ya que se los transmitía al bebé a través de la leche y este se brotaba inmediatamente.

Comer fuera de la casa se convirtió en un problema, y ya ha pasado por más de una situación desagradable. Ella recuerda que una vez le trajeron sopa con queso y pidió que se la cambiaran. Se comió la nueva y se dio cuenta de que solo le habían quitado los pedacitos. Eso fue suficiente para que Lorenzo se brotara.

"La gente no entiende que el más pequeño rastro de un alimento al que se es alérgico puede poner en peligro la vida de mi hijo", comenta Francia, mamá de Lorenzo.

Él ya está en el jardín. Sabe que no debe recibirles algunos alimentos a sus compañeros. Ahora, su dieta se basa en la ingesta de verduras y frutas, pues nunca ha probado leche ni huevos "esos nutrientes también se encuentran en otros alimentos", dice su madre. El médico que trata a su hijo le ha dicho que existe la posibilidad de que a los 6 años desaparezca esta alergia y sus síntomas, pero hay que esperar tres años y, además, el resultado de un examen.

Respuesta a un alimento

La reacción exagerada del organismo al consumir un alimento es lo que se conoce como alergia alimentaria, y puede presentarse a cualquier edad. El grado de respuesta del individuo depende de su sensibilidad: a unos les sale un brote, a otros se les cierra la tráquea y algunos presentan anafilaxis, la reacción más grave, que produce respiración sibilante, baja de presión arterial y hasta pérdida del conocimiento.

Se puede saber a qué se es alérgico desde la niñez cuando se introducen nuevos alimentos, pero hay que consultar y seguir las indicaciones médicas. Existen pruebas para comprobar una alergia (que miden los niveles de inmunoglobulina E, sustancia en la sangre responsable de estas) y en el caso de los alimentos hay que determinar cuál produce el problema, dice Francisco Leal, alergólogo.

A algunos pacientes les recomiendan llevar adrenalina, si la alergia es severa; corticoides, si es moderada, y antihistamínicos, si es leve. Incluso, antes de aplicar vacunas como la de fiebre amarilla le preguntan si es alérgico al huevo, pues contiene proteína de este.

Puede evitar el malestar

1. Detecte a qué es alérgico, sobre todo, en la infancia. A veces es evidente, pero en otros casos no.

2. Hay exámenes dérmicos que permiten establecer qué alimentos desencadenan la reacción. La idea es evitarlos.

3. Al comer fuera de casa, pregunte por los ingredientes, algunos pueden estar 'ocultos', y comente si es alérgico a un alimento determinado. En el caso del pescado, como hay tantas variedades, hay quienes reaccionan ante unas, no a todas. Otros no pueden consumir ningún tipo de pescado ni mariscos.

4. Al hacer mercado, revise las etiquetas detenidamente y familiarícese con los nombres científicos.

5. Si comer algún alimento le genera un brote o le produce vómito u otra reacción, es muy importante consultar a un médico o especialista.

6. Si llega a presentarse una anafilaxis -la reacción más grave de una alergia-, debe ir urgentemente a un centro médico. En este caso, puede sentir que la piel se pone roja, tener hormigueo en la lengua, mareo y hasta sensación de ahogo o respiración entrecortada. Puede haber estornudos, calambres, vómito, diarrea y pérdida de conocimiento.

7. Esos síntomas se tratan en la clínica u hospital con epinefrina inyectable, antihistamínicos y otras alternativas.

Fuentes: Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología - Francisco Leal, alergólogo.

El cuidado en los restaurantes

Es necesario que meseros y chefs conozcan los ingredientes

Nicolás es alérgico al maní. "En un restaurante, apenas dio su primer bocado, tuvo la reacción. Es como si estuviera atorado, empieza a toser hasta que viene el vómito. Pregunté al mesero si la comida tenía maní y dijo que no. Averigüé más y en la preparación usaron aceite de maní", dice Mauricio Mejía, su papá. Por eso, el médico Francisco Leal considera clave educar en el tema a meseros y chefs (unos restaurantes ya lo están haciendo), pues un paciente sabe qué no puede comer, pero hay salsas y aderezos que pueden contener trozos de ese producto y ahí surgen los problemas.

REDACCIÓN TEMAS ESPECIALES