Alcohol y tabaco son más nocivos que la marihuana, según experto británico

Fumar cigarrillo puede ocasionar cáncer de pulmón.

David Nutt es presidente del comité asesor del Gobierno británico sobre abuso de drogas.

Nutt acusó a los políticos de "distorsionar" y "devaluar" los resultados de los estudios en el debate sobre drogas ilícitas.

Criticó asimismo que algunos boletines científicos hayan publicado informes exagerados sobre los supuestos daños de algunas de esas drogas.

Según el experto, el alcohol debe figurar como la quinta droga más peligrosa después de la heroína, la cocaína, los barbitúricos y la metadona, mientras que el tabaco se sitúa en noveno lugar.

"El cannabis, el LSD y el éxtasis, aun siendo nocivos, figuran más abajo en los puestos undécimo, decimocuarto y decimoctavo, respectivamente", explica Nutt en un documento del Centro de Estudios sobre el Crimen y la Justicia del King's College.

Según Nutt, fumar marihuana crea un riesgo "relativamente pequeño" de enfermedad mental, pero el alcohol y el tabaco son más peligrosos para la salud. Un portavoz del Ministerio del Interior se distanció de las opiniones expresadas por el científico. El Gobierno británico llevó a cabo el año pasado una reclasificación de los distintos tipos de drogas y situó a la marihuana al mismo nivel que las anfetaminas.

Según la actual clasificación, pertenecen a la clase A las drogas más peligrosas como el éxtasis, el LSD, la heroína, la cocaína, el crack, los hongos alucinógenos y las anfetaminas inyectables.

En la clase B figuran las otras anfetaminas, además del cannabis y la ritalina, mientras que entre las de la clase C, consideradas las menos peligrosas, están los tranquilizantes, algunos analgésicos y la ketamina.

La clasificación es importante también desde el punto de vista de la sanción penal: así, la posesión de drogas de la clase A puede llevar a siete años de cárcel y multa ilimitada frente a un máximo de cinco años para las de la clase B y dos años para las de la clase C.

El comercio está castigado aún más duramente: puede conducir a prisión perpetua en el primer caso y hasta catorce años de cárcel si se trata de drogas de la clase B y C.

LONDRES
Efe