Ahora, ¿qué sigue para la salud
de los colombianos?
Diego
Palacios (izq), ministro de Protección Social. Rodrigo Córdoba, presidente de
la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas.
El
ministro de Salud, Diego Palacios, y el director de la Asociación Colombiana de
Sociedades Científicas, el médico psiquiatra Rodrigo Córdoba, con María Isabel Rueda
¿Cómo
queda profesional y humanamente después de este episodio?
Responde
el ministro de Protección Social, Diego Palacios.
¿Qué
tan grave, Ministro, es el tramacazo de la caída de
los decretos de emergencia?
Que
se hubieran diferido algunas medidas, como las de los impuestos a los licores,
los cigarrillos y los juegos de azar, nos da un espacio importante para que
conjuntamente, Gobierno y Congreso, podamos trabajar en el curso de los
próximos meses.
¿La
urgencia no aguantaba esperar a que se diera una discusión en el Congreso?
No,
no habríamos aguantado. El Congreso estaba dedicado al tema electoral, y no
teníamos los recursos para aguantar en medio de esa espera. Pasadas las
elecciones del Congreso y con los recursos para la salud en mano, eso nos da
espacio por lo menos hasta diciembre para poder discutir.
Como
quien dice: ¿valió la pena que lo regañaran, que lo zarandearan, hasta que lo
insultaran a usted por esa reforma, porque ahora cuenta con unos recursos que
le dan al Gobierno capacidad de maniobra?
Esos
regaños nos permitieron obtener 800 mil millones de pesos para el sistema de
salud. Que ahora nos permiten llegar en una condición muy distinta ante el
Congreso, con unos impuestos aprobados, que así tengan una temporalidad, dan un
espacio de discusión muy distinto.
¿El
origen de la crisis es que los servicios no incluidos en el Plan Obligatorio de
Salud (el No POS) crecieron diez veces más que los incluidos en el POS, y eso
tiene quebrado el sistema?
Es
una discusión muy importante. Pero no podemos, por concentrarnos en el No POS,
olvidar que lo más importante para la mayoría de colombianos es lo incluido en
el POS.
¿Pero
la crisis no indica que lo que está incluido en el POS hay que ampliarlo?
Uno
de los objetivos en la emergencia era revisar y actualizar el POS, y no la
prestación de servicios por el No POS, pues estos son un tema excepcional, como
estaba planteado en los decretos de emergencia.
¿Tenían
razón los enfermos de alto costo en aterrarse de que los iban a descuidar o
hasta excluir?
Tengo
la impresión de que fue una mala interpretación. Ningún paciente de los que
venían recibiendo tratamientos por enfermedad crónica puede decir que, como
producto de los decretos que estuvieron vigentes dos o tres meses, se les
dejaron de prestar servicios. Es más: puedo dar testimonio de que algunos de
ellos hoy están mucho mejor atendidos con los instrumentos que implementamos en
la reforma.
¿Se
arrepiente de la propuesta de que los enfermos recurran a cesantías para pagar
sus tratamientos de alto costo?
Sí.
Eso no irá en el nuevo proyecto de ley. Y, sin duda, ese punto les hizo un mal
ruido a los decretos expedidos en el marco de la emergencia.
¿Cree
que las multinacionales farmacéuticas estuvieron animando las protestas contra
la reforma? Al fin y al cabo, si vamos a abaratar la prestación de la salud en
Colombia, hay que comenzar por reemplazar con genéricos los medicamentos de
marca. ¡Y ahí sí que se pisan callos!
No sé
si estuvieron detrás de las movilizaciones. Lo que sí sé es que tienen que
entender que el país debe encontrar mecanismos eficaces para luchar contra el
abuso de algunos precios de medicamentos e insumos que evidentemente se están
dando en el país.
También
habrá que tocar la necesaria reglamentación que debe regir la relación de los
médicos con las multinacionales farmacéuticas. Se dejan consentir, hacer
regalitos, pagar cursos en el exterior...
Colombia
tiene que avanzar en hacer muy claras, transparentes y muy públicas las
relaciones del sector comercial farmacéutico con los médicos. En muchos otros
países eso se hace y el Congreso debe incorporar, dentro de las nuevas medidas,
esa reglamentación.
¿La
universalización de la salud es posible en Colombia?
Sí,
antes de terminar este Gobierno, la salud en Colombia estará universalizada.
Pero
¿cómo? ¡Si se les acaba de caer la reforma!
No.
Tenemos hoy 23 millones de cupos, casi 24 millones, financiados. Nos faltan
cerca de tres millones por asegurar. Ese ha sido un compromiso del Gobierno del
presidente Uribe y allá llegaremos antes del 7 de agosto.
Aquí,
en esta misma página, está el psiquiatra Rodrigo Córdoba, presidente de la
Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, que reúne a 35 mil médicos.
Envíeles un mensaje de cordialidad, por ejemplo, ¿no cree que muchos médicos están muy mal pagos?
Acepto
que los trabajadores del sector de la salud, no sólo los médicos, han venido
sufriendo profundas transformaciones producto de la implementación del sistema
de seguridad social en salud. Y creo que hay que buscar alternativas que
permitan mejorar sus condiciones laborales en este proceso de organización del
sistema. Pero, así como hay unos regularmente pagos, hay unos muy bien pagos
dentro del sistema.
El
piloto de un avión tiene autonomía, pero debe ejercerla dentro de unos
protocolos. Los médicos también. Pero lo que ellos sintieron es que con esta
reforma les iban a echar encima a la Policía del Estado para multarlos,
coartándoles su criterio científico para recetar a un paciente...
Tenemos
que promover mecanismos de autocontrol basados en conocimiento real, en
evidencia científica. La autonomía médica es deseable pero hay que conjugarla
con responsabilidad, no sólo frente al paciente sino al mismo sistema. Es un
tema muy álgido, que ha generado dificultades en Colombia y en el resto del
mundo cuando se ha discutido, pero en otras sociedades han logrado avanzar con
la activa participación de los mismos médicos.
¿Cree
que en lo que resta de este Gobierno, usted recuperará el cariño de los
médicos?
No
sé si en tan corto tiempo. Pero estoy seguro de que en el transcurso de los
próximos años la misma comunidad científica reconocerá la realidad de que el
sistema social en materia de salud en Colombia o en cualquier parte del mundo
debe tener unos límites.
Una
curiosidad. Durante toda esta crisis en la que casi se lo comen vivo, ¿usted se
enfermó? ¿tuvo que acudir a algún médico?
(Risas).
No requerí ningún servicio médico. Y no hubiera sabido si esa enfermedad estaba
dentro del POS.
Y
humanamente, ¿cómo queda después de este episodio?
Fue
duro, muy duro en la vida personal y profesional. Entendiendo muchas críticas
que llegaron, lo que más me dolió no fue tanto lo que la gente decía sino lo
que hacía. Ver cómo decían una cosa en privado y hacían otra en público.
Participaban en privado en unas reuniones y luego las negaban en público.
Entendí que la naturaleza humana es mucho más impredecible de lo que uno cree.
¿Habrá
que meterle psiquiatra a la naturaleza humana?
Yo
creo que sí.
Y
lo cubre el POS?
(Risas).
El
Gobierno que termina tiene que dejar en marcha una solución a la crisis de la
salud. ¿Cuál va a ser?
Hoy,
lunes, presentamos ante el Congreso un proyecto de ley con mensaje de urgencia.
Ante las comisiones terceras presentaremos las reformas en el tema tributario,
y ante comisiones séptimas las del funcionamiento del sistema. Espero que los
congresistas actuales, los partidos y los mismos candidatos salgan públicamente
a decir si apoyan que existan unos impuestos a los cigarrillos, las cervezas y
los juegos de azar para poder financiar los servicios de salud de la población.
Ojalá la totalidad de los actores políticos actuales asuma un compromiso, de
cara al país, de que estas decisiones legislativas las podamos tramitar
rápidamente.
¿Ganaron
los médicos con la caída de la emergencia de la salud?
Responde
el médico psiquiatra Rodrigo Córdoba, presidente de la Asociación Colombiana de
Sociedades Científicas.
¡Nunca
había visto tan bravos a todos los médicos! ¿Se salieron con la suya?
No
necesariamente hay que ser triunfalistas. Los médicos ganamos porque pusimos la
salud en la agenda del día, y demostramos que no se puede tapar con una colcha
de remiendos. Pero nosotros veníamos preocupados, porque no sabíamos desde hace
rato si un buen médico es el que le ahorra dinero al sistema o el que mejora la
salud de sus pacientes.
¿Por
qué esta no era la manera de solucionar ese problema estructural?
Porque
el problema para el Gobierno era uno económico y no se estaba discutiendo lo
que realmente era el problema: la salud. Se consiguen unos recursos para tapar
unos problemas. Pero pensar que el pago del No POS es el problema de la salud,
y que está resuelto porque se consiguió una plata para eso, es pensar que la
enfermedad está en las sábanas.
¿Pero
el problema fundamental no es el de que los tratamientos del No POS crecieron
diez veces más que los del POS, y no hay plata para pagar eso?
Es
cierto que los costos del No Pos crecieron de una manera exagerada. Pero ese es
un problema económico y nosotros, como médicos, lo que vemos es el de la salud.
No somos administradores del gasto. Somos administradores de la salud. Ese es
nuestro futuro. Lo que hacemos con una persona que viene con un problema es
ofrecerle salud y bienestar, que es nuestro reto.
Si
el problema de la salud no es económico, entonces, ¿en qué radica?
Pues
sólo se ha visto el problema económico. Pero hay otros aspectos muy delicados,
como la reactivación de problemas de salud pública. Enfermedades que eran
transmisibles y estaban controladas han vuelto a activarse, como el dengue
hemorrágico y los casos de tuberculosis. Incluso, casos de sífilis congénita
han sido reportados. Pero no sólo eso. Los colombianos no se sienten contentos
por la forma como atienden sus problemas de salud. ¿Acaso tener un carné les
garantiza salud a los colombianos? La cobertura, no acompañada de calidad, será
un problema grandísimo.
Una
de las conclusiones es que hay que controlar el precio de los medicamentos.
¿Por qué en el país es tan difícil que los médicos receten genéricos?
Los
médicos aceptamos los genéricos, siempre y cuando estén bien producidos. Si no
hay vigilancia y control sobre ellos, no tiene ningún sentido recetarlos y
poner en riesgo la salud de los pacientes.
¿La
próxima legislación debe incluir una regulación de las relaciones de los
profesionales de la medicina con las grades multinacionales de los
medicamentos? Porque ahí también se producen unas relaciones non sanctas.
En
eso hay situaciones, pero es una mínima parte. Es importante que quien tenga
esas situaciones haga una declaración de conflicto de interés, como sucede en
otros países. Cada vez se genera una cultura más grande en ese aspecto. Pero el
precio de los medicamentos no sólo está relacionado con los costos de
producción, sino con los de facturación. Lo que se le recobra al sistema es
desproporcionado, y allí hay unos sobrecostos que sí
deberían estar regulados.
Los
médicos se quejan de que están mal pagados y en eso tienen razón. ¿Qué debería
hacer esta reforma que va a entrar al Congreso para aliviarles esa situación?
Hemos
insistido, desde hace ocho años, con estudios técnicos y muy rigurosos, en la
implementación de un manual de tarifas mínimas en los procesos de contratación,
limitando los costos de intermediación. Eso mejora los ingresos de los
profesionales. Pero no solo eso: el 80 por ciento de los médicos y de los
profesionales de la salud se contratan por medio de cooperativas de trabajo
asociado que muchas veces no generan las relaciones contractuales debidas para
garantizar un futuro de los profesionales de la salud.
Al
ministro, aquí al lado, le he pedido que le mande un mensaje de cordialidad al
cuerpo médico, en el sentido de que el Gobierno no va a insistir en echarles a
una Policía del Estado para multarlos por una receta médica.
Uno
de los aspectos más difíciles de los decretos de emergencia social era la
limitación de la autonomía médica. Y cuando eso tiene un carácter
intimidatorio, al que se le suman sanciones económicas, resulta absolutamente
inaceptable. Al Ministro, en lo personal, le guardamos el mayor de los
respetos, pero en lo institucional hay diferencias marcadas y tenemos los hilos
cortados, porque, tratándose de un colega, no parecen propuestas hechas por un
médico sino por un anti-médico.
¿Los
pacientes de alto costo tenían toda la razón en su alarma ante lo que podría
ocurrirles bajo estos decretos?
La
frase de Obama, al firmar el decreto de la reforma de
la salud, fue que quería dedicársela a su madre, que murió de cáncer peleando
hasta sus últimas horas con los aseguradores, lo que es una cosa muy diciente.
La razón de la medicina está en la detección temprana para que no se presenten
o no se desarrollen y empeoren las enfermedades. Luego, esos decretos los
afectaban, porque les iba a limitar el acceso en el intento de reducir el POS y
crearles a los médicos cortapisas para que no les ofrezcan lo mejor a sus
pacientes, por miedo a una sanción económica.
Ante
la pregunta de si la universalización de la salud en Colombia es posible, el
Ministro responde que antes de que se acabe este Gobierno será un hecho...
Con
todo respeto, no lo creo. Es uno de esos arranques de entusiasmo. Tener un
carné no necesariamente es salud. La salud no se puede medir por indicadores
económicos sino por desenlaces. Si a mí me consulta un paciente, mi misión es
que se restablezca su funcionamiento y pueda tener calidad de vida. No es
ahorrarle plata al sistema. Por eso, hemos terminado siendo administradores del
costo y no administradores de la salud.
Hoy,
el Gobierno presentará un nuevo proyecto de ley al Congreso. ¿Cómo participará
la comunidad médica para que esta vez sí quede bien hecha la reforma?
Sin
duda, vamos a estar presentes. Creemos que hay que rescatar la autonomía
médica, que es innegociable. Que tenga dignidad el sistema de salud con unas
condiciones éticas claras. Ojalá, unas tarifas dignas. Pero definitivamente es
una propuesta de salud mucho más amplia, que la gente tenga acceso y reciba
beneficios que contribuyan a un futuro mejor.
Si
en medio de esta polémica contra el ministro Palacios, este hubiera requerido
sus servicios como psiquiatra, ¿usted lo habría atendido bien?
Sin
duda alguna. No como ministro, sino como Diego Palacios, lo habría acogido muy
bien, como a todos mis pacientes, con el mayor rigor científico y seguramente
le habría realizado las intervenciones sicoterapéuticas
adecuadas.
Por
los decretos que redactó, ¿usted le habría diagnosticado a Diego Palacios un
problema mental?
(Risas).
El acto médico es sagrado y sublime. De pronto me consulta, y por eso prefiero
guardarle la reserva profesional.