Agua: Entre La Mala Calidad Y El Riesgo De La Escasez

(VIENE DE LA PAGINA 1-21)

Sin embargo, se estima que con la ampliación de la cobertura de acueducto, 665 poblaciones más cumplirían el compromiso, apoyadas por los Planes Departamentales de Agua que lidera el Viceministerio de Agua.

No obstante, las zonas rurales de 528 municipios tendrían dificultades para el cumplimiento de ese objetivo.

Entre las ciudades capitales, las que mejor agua suministran a sus habitantes son Medellín, Armenia y Bucaramanga. También Tunja, Cali, Barranquilla, Cúcuta y Yopal, que además muestran buenas coberturas en los servicios de acueducto y alcantarillado.

Por su parte Popayán, Pereira y Bogotá son otras de las que sobresalen.

Sin embargo, hay casos como los de San José del Guaviare (Guaviare), Mocoa (Putumayo) e Inírida (Guainía), que se destacan por distribuir agua que pone en riesgo la salud humana, a lo que se suma una baja cobertura en acueducto y alcantarillado. En Mitú (Vaupés) el líquido también es inviable sanitariamente.

Riesgos para la salud En el 2009, 248 municipios suministraron agua apta para consumo humano.

Del resto de poblaciones, 146 suministraron agua en el nivel de riesgo en salud bajo; en el nivel de riesgo en salud medio figuraron 233 y en el nivel riesgo en salud alto 257. Además, se registra que el número de municipios que suministran agua inviable sanitariamente está disminuyendo; sin embargo, preocupa observar que 29 municipios todavía suministran agua con estas características en el 2009

La calidad del agua en el mundo está en peligro y es necesaria una acción urgente, advierte la ONU

Un 3,1 por ciento de las muertes en el mundo son por los problemas de agua contaminada.

La calidad del agua está en creciente peligro en el mundo, por lo que es necesaria una acción urgente para mejorarla y este es el mensaje de diversas agencias de la ONU implicadas en el objetivo de reducir la contaminación de las aguas de los ríos, lagos, mares, océanos y en promover infraestructuras de agua potable y sanitarias o alcantarillado, con motivo del Día Mundial del Agua este lunes.

Expertos del Programa de la ONU para el Agua y otras las agencias implicadas en la calidad del agua, científicos y más de una treintena de periodistas de países subdesarrollados y en desarrollo se dan cita desde hoy hasta el lunes en Nairobi para debatir sobre la contaminación de las aguas, sus consecuencias y cómo alertar y concienciar a la población mundial.

Esta conferencia en Nairobi se celebra en la sede del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (Unep), con la participación de responsables del mismo, del Programa del Agua, el Programa Habitat (sobre vivienda y urbanismo), así como miembros del Gobierno de Kenia, representante del sector privado y de ONG, y científicos y expertos de una decena de instituciones.

El Programa de la ONU para el Agua hizo un llamamiento a los sectores público y privado para que unan fuerzas con el fin de proteger y mejorar la calidad del agua, que, según advierte, "está en creciente peligro debido al aumento de la población, la expansión de las actividades industrial y agrícola", mientras que el cambio climático "amenaza con alterar el ciclo hidrológico".

La calidad del agua "es vital para la supervivencia de todos los organismos vivientes y el funcionamiento de los ecosistemas, comunidades y economía", destaca una declaración del Programa de la ONU para el Agua.

Al poner cifras a la problemática del agua, que va desde el acceso a agua potable, a los efectos de las aguas de desecho domésticas, industriales y agrícolas; las agencias de la ONU alertan sobre las consecuencias que ya se están produciendo y las implicaciones en el futuro.

La población, la industria y la agricultura arrojan cada día 2 millones de toneladas de agua de desecho a los ríos, lagos, mares y océanos.

Unos 1,8 millones de niños de menos de cinco años, uno cada 20 segundos, muere anualmente en el mundo por enfermedades causadas por la insalubridad del agua, según datos de agencias de la ONU, que calculan que esa es la causa de 2,2 millones de muertes y 4.400 millones de casos de diarrea.

La falta de infraestructuras sanitarias adecuadas afecta a 2.500 millones de personas, de los que un 70 por ciento o 1.800 millones, viven en Asia.

Un 90 por ciento de los desechos de agua, aguas fecales, industriales y otras; en los países en desarrollo se arrojan a los ríos, lagos u océanos sin ser tratados, lo que afecta a 245.000 kilómetros cuadrados de ecosistemas marinos.

Según el Programa de la ONU para el Agua hay tres soluciones fundamentales: prevención de la contaminación, tratamiento de las aguas y restauración de los ecosistemas.

Señala que para conseguirlo hay que mejorar en la comprensión de lo que significa la calidad del agua, ampliar la comunicación y educación al respecto, mejorar el enfoque económico y financiero, extender el uso de tecnologías eficaces y tener herramientas legales, institucionales y reguladoras apropiadas.

El velar por la calidad del agua contribuye a la prosperidad, los países pobres que han mejorado el acceso a agua limpia y los servicios sanitarios tienen un ritmo de crecimiento económico medio de un 3,7 por ciento anual, frente al 0,1 por ciento de los que no lo han hecho, según datos difundidos por la ONU.

Las inversiones en infraestructura sanitaria y agua potable tienen compensaciones y según cálculos de la ONU cada dólar invertido puede suponer entre 3 dólares y 34 dólares en desarrollo.

"Hay pocas, si es que hay alguna, áreas en las que las inversiones en planes integrales pueden dar de forma sostenida mayores ingresos en múltiples sectores como el desarrollo de la infraestructura del agua y la promoción de mejorar la gestión de los desechos", según el Programa Habitat de la ONU.

NAIROBI
EFE

Sólo el 22 por ciento de los municipios del país tiene agua totalmente potable

Las regiones más apartadas del país son las que más sed aguantan por falta de acueductos. Deben consumir el líquido de los ríos.

En unos lugares el líquido escasea, y en otros, no tiene una buena calidad.

En Colombia existe un dilema en torno a la calidad del agua. Por un lado, más de la mitad de sus habitantes no tiene acceso a líquido potable y un porcentaje similar está en peligro de quedarse sin ella.

De acuerdo con un informe de la Defensoría del Pueblo, 21 millones de colombianos viven en lugares que tienen dificultades para mantener una disponibilidad apropiada del líquido que cope la demanda de sus habitantes.

"Esto se agrava en temporadas con tiempo seco y se nota más que todo en la región Andina", explicó Gloria Elsa Ramírez, coordinadora del informe, que se basó en registros del Ideam y de las secretarías de Salud.

No más del 28 por ciento de la población (318 municipios) vive en regiones que no tienen problemas para encontrar y disponer de este recurso.

"Efectos como el cambio climático, el incremento poblacional, por natalidad o desplazamiento, y la contaminación de los recursos naturales están originando una rápida degradación y la merma de las fuentes hídricas, por lo cual es urgente la implementación de políticas públicas que aseguren el servicio a largo plazo", dice la Defensoría.

Las cosas se agravan porque, además de que el agua podría acabárseles en poco tiempo, en muchos de estos municipios no es potable.

Sólo en 248 localidades de Colombia, el 22 por ciento del total nacional (1.102), la gente puede tomar agua de los acueductos sin preocuparse.

Esto es posible, por ejemplo, en Montenegro (Quindío), Sabaneta (Antioquia) y Cajicá (C/marca). En las poblaciones restantes, al usarla directamente de los grifos se pone en riesgo la salud.

Crisis sanitaria

Las cosas van al extremo de que la Defensoría del Pueblo está sugiriendo la declaratoria de una emergencia en 29 localidades donde el agua no tiene viabilidad sanitaria, algunas de ellas turísticas como La Vega (Cundinamarca) y Ráquira (Boyacá).

En ese grupo también están Argelia (Antioquia), Regidor y San Jacinto (Bolívar), Timbiquí (Cauca), Miraflores (Guaviare), Floridablanca (Santander) y Majagual (Sucre).

El estudio analizó las opciones que tiene el país para cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), uno de los cuales busca reducir a la mitad, para el 2015, el porcentaje de personas sin agua o saneamiento.

Según la Defensoría, Colombia avanzó en la cobertura de acueducto en las cabeceras municipales, hecho visible en 304 municipios.

Sin embargo, se estima que con la ampliación de la cobertura de acueducto, 665 poblaciones más cumplirían el compromiso, apoyadas por los Planes Departamentales de Agua que lidera el Viceministerio de Agua.

No obstante, las zonas rurales de 528 municipios tendrían dificultades para el cumplimiento de ese objetivo.

Entre las ciudades capitales, las que mejor agua suministran a sus habitantes son Medellín, Armenia y Bucaramanga. También Tunja, Cali, Barranquilla, Cúcuta y Yopal, que además muestran buenas coberturas en los servicios de acueducto y alcantarillado.

Por su parte Popayán, Pereira y Bogotá son otras de las que sobresalen.

Sin embargo, hay casos como los de San José del Guaviare (Guaviare), Mocoa (Putumayo) e Inírida (Guainía), que se destacan por distribuir agua que pone en riesgo la salud humana, a lo que se suma una baja cobertura en acueducto y alcantarillado. En Mitú (Vaupés) el líquido también es inviable sanitariamente.

Riesgos para la salud

En el 2009, 248 municipios suministraron agua apta para consumo humano.

Del resto de poblaciones, 146 suministraron agua en el nivel de riesgo en salud bajo; en el nivel de riesgo en salud medio figuraron 233 y en el nivel riesgo en salud alto 257. Además, se registra que el número de municipios que suministran agua inviable sanitariamente está disminuyendo; sin embargo, preocupa observar que 29 municipios todavía suministran agua con estas características en el 2009.

Lanzan política nacional para preservar el agua

Ayer, en Bogotá, el Ministerio de Ministerio de Ambiente lanzó la Política para la Gestión Integral del Recurso Hídrico. Se trata de una iniciativa a largo plazo que busca unificar todas las acciones que se vienen desarrollando en el país en cuanto a la preservación del agua se refiere, y que busca garantizar la buena calidad y el suministro del líquido, y evitar el desabastecimiento.

"Mucho se habla de que el agua se está acabando, pero en realidad en buena parte es un problema de administración y protección del recurso", dijo el ministro de Ambiente, Carlos Costa.

REDACCIÓN VIDA DE HOY

Colombia pierde puntos con el agua

Caño Cristales, en la Sierra de la Macarena, es muestra de la riqueza hídrica del país.

Hay evidencia de que Colombia ya no dispone de este recurso como antes. Es necesario tomar medidas urgentes para protegerlo.

Colombia tiene 737.000 ríos, quebradas, caños y lagunas. En el territorio caen cada año, en promedio, 3.400 kilómetros cúbicos de lluvia, y de esta escurre por nuestros ríos aproximadamente el 70 por ciento. Sin embargo, hoy están en emergencia más de 150 municipios del país por desabastecimiento de acueductos y sistemas de riego. Independiente de la influencia sobre esta situación de fenómenos como El Niño, cabe preguntarse qué está pasando con el agua.

El país ocupó en los años 90 el cuarto lugar en el mundo por disponibilidad de agua, para caer luego al puesto 24 y, si hiciéramos el análisis hoy, esta tendencia continuaría, con seguridad, en descenso.

Algunos expertos culpan al aumento de la población en Colombia.
Otros, al incremento de actividades productivas como señal de la reactivación económica, acompañada de una mayor demanda sobre el recurso, lo cual suena lógico. A eso debemos sumarle la pérdida de la oferta del agua en cuencas abastecedoras.

De acuerdo con investigaciones del Ideam, y en concreto el Estudio Nacional del Agua 2008, la disponibilidad de agua disminuye con una tasa anual de 1.000 metros cúbicos por persona en el país. Quiere decir que por cada colombiano que en su casa consume aproximadamente 36 metros cúbicos de agua al año, el país pierde la posibilidad de disponer de 1.000.

El panorama se torna más crítico cuando se le agrega la presencia de amenazas como los largos periodos de sequía, cada vez más frecuentes, durante los cuales regiones como los departamentos del Cesar y La Guajira han registrado una pérdida de casi el 100 por ciento de su precipitación promedio en los últimos meses, superando registros que hace 30 años no se veían.

Así mismo, los niveles de los ríos Magdalena y Cauca cayeron en los últimos meses en casi un 40 por ciento respecto del promedio histórico. Otra amenaza es el cambio del clima que en Colombia ya no es una hipótesis, es una verdad contundente.

Los registros históricos de precipitación del Ideam y la proyección de lluvias muestran a las regiones Caribe y Andina como las más amenazadas por la reducción de la lluvia, a pesar de las tormentas. Y las áreas nuevas que entrarían en este escenario serían el piedemonte llanero y amazónico.

Un salvavidas para el agua

Para entender este panorama y reducir la vulnerabilidad frente a estas amenazas es necesario, primero, aceptar esta realidad y apropiarse de esta información, como la línea base para el desarrollo de los territorios.

Segundo, intervenir de inmediato en la oferta mediante el aumento de la cantidad y la mejora de la calidad del agua, también la demanda, con la disminución de la presión sobre el recurso hídrico y mejorando el análisis integral de su aprovechamiento.

Estas medidas deben acompañarse de una estrategia que fortalezca la capacidad institucional del país y de sus territorios para enfrentar estos escenarios, y garantizar el abastecimiento de agua, controlar sus amenazas y vulnerabilidades.

También debe implementarse la política hídrica colombiana, que fue presentada ayer, y diseñar una estrategia nacional de compensación e incentivos para la conservación que evite la deforestación, la degradación de suelos y acuíferos y que actúe, por el contrario, como bodega de este recurso para épocas críticas como la que enfrentamos. Esto genera beneficios económicos, aumenta la riqueza del país y mejora la calidad de vida de los colombianos.

Tenemos derecho al acceso equitativo al agua, pero este derecho está condicionado a nuestro compromiso por protegerla, como el único principio no negociable.

RICARDO LOZANO
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
DIRECTOR GENERAL DEL IDEAM