Abusos con ambulancias, un mal que se vuelve crónico en Cali

Para las autoridades, la ambulancia que transportaba pólvora no parece un caso aislado. Hay más denuncias de prácticas indebidas. Faltan controles y organización para erradicar la ‘guerra del centavo’.

Faltaban cinco para las 12:00. Sí, cinco horas para terminar el año y dar vuelta al calendario. Al filo de las 7:00 de la noche del pasado 31 de diciembre de 2012 el estrecho puente de Juanchito, en la salida de Cali a Candelaria, era un caos.

Pitos de carros, luces y llantos de sirenas saturaban el ambiente. La cola de vehículos era interminable, de casi un kilómetro en esa salida y no se movía. La gente se asfixiaba dentro de los vehículos.

Todos se preguntaban por qué esa fila no avanzaba. De a poco empezó a llegar al rumor de lo que pasaba. Exactamente en el puente sobre el río Cauca, en Juanchito, una bolsa llena de pólvora acababa de explotar dentro de un bus intermunicipal lleno de pasajeros. Un hombre la dejó caer cuando vio el retén policial que los requería.

El golpe del alijo contra el piso del autobús desató una explosión de fuegos artificiales en medio de los pasajeros. Petacas, culebras, tumbarranchos y totes, todos armaron una quema como la de un año viejo en el vehículo. Siete personas resultaron heridas.

Sirenas de bomberos y ambulancias inundaron el lugar. El estrecho puente se cerró para poder atender la emergencia. Ningún carro pasó durante casi media hora.

Curiosamente, apenas despejada la zona del siniestro, una caravana de ambulancias proveniente de Candelaria transponía el retén policial con rumbo hacia Cali. Las tres primeras pasaron raudas con las sirenas encendidas. Los uniformados del puesto de control no tenían reporte de ninguna otra emergencia, la de Juanchito ya había sido superada.

Eso despertó sospechas en uno de los uniformados que decidió parar la última ambulancia de esa caravana. El conductor dudó, redujo un poco la velocidad, pero pasó de largo sin atender la orden de pare. Una patrulla motorizada salió detrás y detuvo el vehículo pocas cuadras más adelante, en la Carrera 8 con Calle 76.

En el interior de la ambulancia no había ningún enfermo o herido. Para sorpresa de los policías, la ambulancia de placas CQK 638 afiliada a la empresa Amedic, transportaba una docena de cajas llenas de pólvora. Culebras, marranos, voladores, petacas, volcanes, velas romanas, buscaniguas, mechas, silbadores, chispitas, truenos y totes conformaban un explosivo cargamento avaluado en $15 millones.

No sólo pacientes

Ahora sí las alarmas se dispararon, pero esta vez contra las ambulancias. Un servicio que tiene una misión médica que cumplir y que sorpresivamente ahora aparece haciéndole el juego al delito. Como lo dijo un funcionario, el caso de la pólvora muestra que a algunas empresas ya no les basta con la ‘guerra del centavo’ por los pacientes del Soat.

El caso de Amedic no parece aislado y empieza a despertar sospechas de lo que pueden estar haciendo otras ambulancias, como coincidieron en señalarlo los secretarios de Salud de Cali, Diego Calero y del Valle, Fernando Gutiérrez.

“Ahora fue pólvora, quién sabe qué más transportarán”, cuestionó Calero. Agregó que hay muchas dudas sobre la calidad del servicio y ahora con esto, sobre la ética de quienes están al frente de estas empresas.

“Yo no puedo creer que sea solamente un hecho aislado, con paramédico a bordo, con todo esto, es algo que han venido haciendo y en este caso transportaban pólvora, pero quién sabe qué otras cosas estén transportando, aprovechando que la Policía no los requisa”, cuestionó Calero.

Una funcionaria, también de Salud, reveló que conoció que a una persona le ofrecieron el servicio de ambulancia para transportarla rápido al aeropuerto por $80.000.

Esta misma queja de ‘transporte express’ para algunos ejecutivos en ambulancias se había conocido hace algún tiempo en Bogotá, donde el tráfico automotor es aún más pesado.

Y en zonas de conflicto del país algunas ambulancias han sido sorprendidas movilizando pasajeros y explosivos de alto poder, amparados en los emblemas de la Cruz Roja y de la misión médica que cumplen, recordó un oficial de la Policía.

En Cali, algunas ambulancias han sido pilladas con las luces y la sirena puestas sin ninguna emergencia de por medio, solamente para poder evadir el tráfico automotor. Además, utilizan los carriles del MÍO para movilizarse más rápido.

Por eso, ahora sí las autoridades volvieron los ojos sobre un servicio que despierta sospechas y ha tenido muchas quejas por la manera sesgada y desordenada como muchos trabajan.

Los pecados

Según una investigación de la Personería Municipal con personas del sector, el coordinador del Centro Automático de Despacho (CAD), el coordinador del Pool de Ambulancias de la ESE Centro y algunos usuarios, se desveló una especie de ‘guerra del centavo’ en el gremio de las ambulancias.

Cuando se reporta un accidente, al lugar asisten varias ambulancias privadas a la vez, las cuales se disputan el accidentado. El primero que lo toque se lo lleva y ese oscuro protocolo es respetado por los demás. Es una práctica que en el gremio se conoce como ‘la lleva’.

Gilberto Zuleta, personero delegado para la defensa de los Derechos Humanos en Cali, sostiene que “ese es un claro fenómeno de ‘cosificación’ de los usuarios que viola los derechos humanos de los pacientes”.

Lo que sigue es el tratamiento del herido como mercancía. Los pacientes son llevados en la gran mayoría de veces, no al centro asistencial más cercano, sino a las clínicas del Rosario y Rey David. La razón, según la Personería, es que estos centros médicos se han especializado en el recobro al Soat y les dan una ‘comisión’ o un pequeño aporte económico a los responsables de las ambulancias por cada paciente que lleven.

Otro pecado parece estar en el direccionamiento de ambulancias a sitios de accidentes desde el Centro Automático de Despacho, CAD. Se dice que se privilegian a algunas empresas para esos servicios y que no hay allí un funcionario de la red de ambulancias para hacer una mejor remisión. Peor aún, se denunció que algunas empresas de ambulancias tienen en sus oficinas ‘scanners’ de la red privada de comunicaciones de las autoridades que les permiten percatarse primero de los siniestros que ocurren.

Para completar el gris panorama, los controles de las autoridades al servicio de ambulancias son insuficientes. En los dos últimos años no se registran operativos. Los datos que hay del 2010 evidencian 19 investigaciones de las secretarías de Salud Departamental y
Tránsito a 235 ambulancias en Cali y el Valle, que concluyeron con la inmovilización de 32 de esos vehículos, el 13.61% del total.

Las ambulancias inmovilizadas tenían problemas técnico mecánicos para circular, no contaban con la dotación básica para prestar el servicio de primeros auxilios y algunas no tenían su documentación en regla.

En Cali, según Diego Calero, hay 30 empresas con un parque automotor de 185 ambulancias, algunas básicas, otras medicalizadas y es necesario verificar en qué estado se encuentran todas ellas.

El defensor regional del Pueblo, Carlos Hernán Rodríguez, por su parte, pidió a los ministerios de Transporte y Salud, que “informen sobre el proceso para el otorgamiento de las licencias dadas a esta entidades que prestan el servicio de ambulancia”.

Los empresarios de ambulancias, a su vez, se defienden y dicen que lo ocurrido es un caso aislado y no todos están trabajando al margen de la ley, aunque reconocen que hay prácticas indebidas en el gremio (ver recuadro).

Sin embargo, ya la desconfianza de la gente frente a las ambulancias por lo ocurrido empieza a evidenciarse. En la calle algunos conductores dudan en darles paso a las ambulancias. En días pasados alguno irónicamente le gritó al conductor de una ambulancia que pedía paso: “¿Cuál es tu afán, es que llevás pólvora allí, o qué?...

Certificación periódica, una exigencia

La emergencia suscitada por el abuso en el uso de las ambulancias en Cali va a ser intervenida. Esta semana se reunieron las autoridades de salud, gobierno, tránsito y policía para tomar medidas al respecto.

La Personería propuso realizar un plan interinstitucional de certificación periódica para las ambulancias de la ciudad, con el fin de garantizar la prestación del servicio en condiciones idóneas. 

La personera (e) Carmen Elvira Ospina, insistió en que haya más control y seguimiento a estos vehículos con el fin de que no se repita lo ocurrido este 31 de diciembre, donde se vulneraron los derechos colectivos a la seguridad y salubridad pública, ya que las ambulancias forman parte de la red de salud y requieren condiciones especiales de asepsia. 

El secretario de Salud de Cali, Diego Calero, insistió en que es necesario realizar una mesa de trabajo permanente con Personería, Secretaría de Gobierno, Policía y Tránsito para analizar cada mes la operación de las ambulancias.

Se consideró la necesidad de que cada uno de estos vehículos tenga un sistema de GPS, con el fin de que haya más control sobre su ubicación y actividades y se pueda zonificar el servicio.

Álvaro Pardo, gerente de Emergencias Médicas a Domicilio, sostuvo que falta una organización de las ambulancias que atienden emergencias. “Los que quieran participar en el Soat deben organizarse de tal manera que tengan unos controles para que no haya guerra del centavo, determinen unos turnos y que los cumplan. Así siempre habrá trabajo para todos, no tienen que irse matando a ver quién llega primero a un servicio”, indicó.

Lograr la licencia es un trámite sencillo

El proceso para conseguir la licencia, o habilitación como se denomina técnicamente, de una empresa de ambulancias es relativamente sencillo.

Los interesados entran al link: http://:201.234.78.38/habilitacion/ingreso.aspx?etscodigo=76 y diligencian un formulario de autoevaluación que hay allí.

Luego lo llevan a la Secretaría de Salud Departamental con el acto de creación de la empresa, registro de Cámara de Comercio, personería jurídica, el soporte legal que ampara el servicio, fotocopia del NIT o RUT como persona jurídica, certificación de suficiencia patrimonial y financiera expedida por un contador titulado, copia de la tarjeta profesional del contador o revisor fiscal, documento de autoevaluación (anexo técnico 1 de la resolución 1043 de 2006 en las variables que aplican al tema de transporte de pacientes, preferiblemente grabadas en un CD).

Se debe allegar también un plan de auditoría para el mejoramiento de la calidad de la atención en Salud (Pamec), una copia de la revisión técnico mecánica del vehículo-ambulancia expedida por el Centro de Diagnóstico Automotor y copia de la tarjeta de propiedad del vehículo.

“Que no nos estigmaticen a todos”

Manuel Martínez, representante de Ambulancias las Tres Emes, dijo que habría que ver si la ambulancia hallada con pólvora es una responsabilidad de los paramédicos o si tiene algo que ver el propietario. “De mi parte estoy totalmente de acuerdo con que las autoridades que hacen las habilitaciones y el control se pongan las pilas con eso porque deteriora la imagen de todos”.

Álvaro Pardo, de Emergencias Médicas a Domicilio dice que cada empresa tiene su estilo de dirección y su especialización. “Yo diría que las empresas de ambulancias en Cali se dividen en dos grandes categorías: las que hacen Soat y las que no lo hacen. Las que no lo hacen es porque tienen unos contratos ya definidos con empresas o clínicas”.

“Lo que pasó fue una situación desafortunada, no conozco los dueños de la empresa, pero en mi concepto sería una situación de total responsabilidad de los paramédicos. No estoy de acuerdo es en que se estigmaticen a todas las ambulancias como si fueran culpables”.

Hermínsul Valle, de Ambulancias EMS dice que “estamos aterrados de esta situación, porque este ha sido un gremio muy sano y esto es un impacto impresionante. A nosotros nos hace visitas periódicas la Secretaría de Salud para verificar los requisitos. Y nosotros tenemos un proceso de selección de personal y de control de los servicios de ambulancia para evitar desviaciones”.