Cada cuatro horas, ingresó una persona quemada con pólvora al HUV

En un 600% creció la cifra de lesionados que ingresaron al Hospital Universitario del Valle en la noche de las velitas. Se registró un herido cada cuatro horas.

Los caleños no se dejaron afectar por la lluvia y salieron masivamente a las calles de la ciudad a disfrutar del alumbrado navideño. Juegos pirotécnicos, luces multicolores y figuras gigantes marcaron el inicio de la navidad en la capital del Valle.

Juegos pirotécnicos, luces multicolores y tradiciones religiosas vivieron los caleños en la noche de las velitas en la ciudad, que estuvo marcada por la lluvia.

En la Unidad de Quemados del Hospital Universitario del Valle permanecen recluídas las seis personas, entre niños y adultos, que resultaron gravemente heridas luego de exponerse o manipular de manera irresponsable pólvora en el día de las velitas.

Jorge Orozco | El País

Tan sólo han pasado nueve días del mes de diciembre y en el Valle del Cauca ya se reportaron 21 casos de personas quemadas con pólvora, en diferentes municipios del departamento. Siete de ellos son niños, según las cifras entregadas por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Seccional Valle.

De los 21 casos registrados, seis fueron atendidos el pasado 7 de diciembre, día de las velitas, en el Hospital Universitario del Valle. De acuerdo con los promedios del cuerpo médico, ese día, cada cuatro horas, ingresó un herido por quemadura de pólvora.

Se trató de un aumento del 600% en los casos atendidos por esta causa en la institución médica, en comparación con el 2010, cuando durante el día de las velitas se reportó en esa entidad sólo un niño quemado.

El descuido y la manipulación de petacas, volcanes, chispitas y culebras fueron las principales causas de las heridas sufridas por los pacientes atendidos, todas ellas quemaduras de segundo y tercer grado y concentradas en los miembros superiores, rostro, tórax e incluso en los ojos.

“Con respecto al año pasado las lesiones son mucho más delicadas. Incluso ya tenemos un amputado. En el 2010 la lesión que sufrió el único niño que atendimos en la entidad fue producto de una esquirla. Este año, a muchos de estos pacientes, les quedarán secuelas o deformidades”, explicó Mauryx Rojas, director de Urgencias del HUV.

El caso más delicado fue el de un hombre de 32 años, remitido desde Trujillo, Valle, quién sufrió la amputación de su brazo izquierdo, hasta la altura del codo y trauma ocular y facial.

Los hechos ocurrieron cuando el hombre fabricaba totes en su casa y estos explotaron en sus manos accidentalmente.

Es que, como explica María Lucero Urriago, directora del HUV, parece que se bajó la guardia. Entre los seis casos atendidos el pasado 7 de diciembre se identificaron situaciones como el de un niño que, en el barrio Mojica, al oriente de Cali, le arrojó un tote a su primo de 10 años, ocasionándole una grave quemadura ocular.

A otra menor de 16 años se le explotó una bolsa repleta de pólvora, en el municipio de Candelaria. Sus antebrazos y el 18% de su cuerpo están lesionados.

“Los casos de aquellos niños que tendrán que hacerles reconstrucción de rostro o extremidades superiores pasarían a la Fiscalía para investigar si se les configura a los padres el delito de lesiones personales”, anunció Jhon Arley Murillo, director del Icbf en el Valle del Cauca.

Los adultos tampoco se salvaron de ser víctimas. Entre los casos reportados se conoció el de un joven de 28 años, a quien le explotó en la cara un cargamento de pólvora justo cuando abría la caja donde era transportado, en Florida, Valle.

“Mi papá y yo estábamos vendiendo cajas de velitas y totes. Teníamos una caja de cien totes bien acomodada. Cuando fui a sacar la mercancía, la caja me estalló en el rostro”, relató la víctima.

De acuerdo con María Lucero Urriago, directora del HUV, fue evidente el incremento del uso de pólvora en municipios como Cali, “donde toda la noche no dejaron de escucharse cohetes, volcanes y culebras. Por eso pedimos a las autoridades ejercer un mayor control en la venta de pólvora”.

Al respecto, el gobernador del Valle, Francisco Lourido, llamó la atención de alcaldes y secretarios de gobierno de los 42 municipios del Valle para evitar que las cifras se incrementen.

“Nos duele ver niños y adultos en estas condiciones por eso es necesario que los controles sigan porque no podemos permitir que este problema se siga volviendo cada vez más grande”, dijo.