Cada 15 minutos se denuncia a un menor por consumo de alcohol o drogas en Bogotá

Casi 48.000 menores de 17 años ya están abusando del alcohol.

Desde comienzos del 2009 autoridades de la capital han cerrado 294 establecimientos. RedPapaz alerta sobre la facilidad con que los adolescentes consiguen licor.

La línea de atención de emergencias de Bogotá 123 recibe cada 15 minutos (en promedio) una denuncia de alguien que ha sido testigo de una venta o consumo de alcohol u otras sustancias psicoactivas que involucran a menores de edad, o de su presencia en establecimientos para adultos.

Y cada dos o tres días, la Secretaría Distrital de Gobierno reporta el cierre temporal un establecimiento comercial por haber violado la ley al permitir el ingreso de menores o venderles trago. El tema se ha salido de control, dice Carolina Piñeros, directora ejecutiva de la ONG RedPapaz.

"Nos preocupa mucho la facilidad con que los jóvenes acceden al licor. En las cigarrerías lo consiguen sin problema. Ya hemos conocido cinco casos graves de adolescentes intoxicados este año por el consumo de trago", afirma Piñeros.

'Siguen saltándose las normas'

Entre enero y abril de este año, se registraron 12.108 llamadas a la línea 123 por expendio y consumo de licor y otros (como drogas) por parte de menores de edad, así como su presencia en establecimientos para adultos. La mayoría de quejas son por menores que beben en la calle.

La Alcaldía Mayor, además, reporta haber sellado por ese mismo motivo 254 establecimientos en el 2009 y 40 entre el 13 de enero y el 24 de abril de 2010. Están ubicados en ocho de las 20 localidades de la capital.

Y aunque hasta ahora ninguno de esos sellamientos ha sido definitivo, Augusto Pérez, director de la Corporación Nuevos Rumbos, sostiene que "Bogotá es mucho más estricta en el tema que otras ciudades del país". "El problema -añade- es que los establecimientos siguen saltándose las normas".

Precisamente, RedPapaz le advierte a la Administración Distrital que lo único que puede contrarrestar el problema es "hacer cumplir la ley" con todo su rigor.

"Ya tenemos una línea disponible para que la gente denuncie (123), pero sin una campaña en medios masivos y sin sanciones ejemplares no podemos cerrar el ciclo", dice Piñeros, quien compara el problema del alcohol con el de la pólvora, "que se pudo disminuir con una mezcla de pedagogía y sanciones".

De hecho, RedPapaz lidera el programa Ángel Protector, que ha logrado convencer a ocho almacenes de cadena para erradicar la venta de licor a menores. Y la Secretaría del Gobierno de Bogotá anunció que lanzará en las próximas semanas una campaña publicitaria para prevenir el consumo de sustancias psicoactivas entre los niños.

Cifras de un estudio preocupante

Según el último estudio de consumo de sustancias psicoactivas en Bogotá, revelado ayer por EL TIEMPO, el 21 por ciento de los menores entre 12 y 17 años consumieron bebidas alcohólicas en el último mes.

De ellos, 47.984 lo hacen en proporciones peligrosas para su salud y su desarrollo y 2.361 ya son dependientes del alcohol.

El trago va asociado a otras sustancias: 14.226 menores de 17 años ya abusan o dependen de sustancias ilícitas. Y más de 25.000 consumen marihuana o cocaína.

El estudio fue realizado por la Secretaría de Salud, con el apoyo del MinProtección Social y la ONU.

Hospitalizado tras quedar en coma

La organización RedPapaz ha registrado, en lo que va del 2010, cinco casos graves de intoxicación de menores por consumir alcohol.

Uno de los ejemplos más dramáticos reportados en los últimos meses es el de un joven que estuvo a punto de quedar en coma etílico tras consumir aguardiente junto con ocho amigos. Compraron el trago en un establecimiento de la calle 127 con carrera 15, en el norte de Bogotá.

El muchacho terminó hospitalizado con grado tres de intoxicación. Alguien que supere ese nivel puede perder la conciencia y quedar en coma, afirman expertos.

Los padres de los ocho jóvenes denunciaron el hecho ante la Alcaldía Local de Usaquén. Y la semana pasada, tras dos citas incumplidas por el dueño del local, la entidad selló el establecimiento de forma provisional por un día. No se pudo comprobar la venta de trago a menores -algo que el administrador niega-, pero sí la falta de un documento de la Cámara de Comercio.

"Es inadmisible que esto suceda, pues está en juego la vida de los niños", dijo uno de los padres.

Otro caso que ha aumentado la alerta es el de un joven de 16 años que desde hace un mes recibe tratamiento por adicción al alcohol.

Y también llama la atención que, en octubre del año pasado, tres jóvenes de 16 años compraron aguardiente en una cigarrería ubicada en la calle 113 con carrera Séptima y uno de ellos terminó casi inconsciente en el suelo, según testigos. Tenía grado tres de alcoholemia.

Contra ese local se formuló una denuncia y también está en la mira de las autoridades, según la Alcaldía de Usaquén.