En tragedia terminó para Arcesio de Jesús Montes
la amena tarde que pasaba con amigos jugando trompo. Tenía 23 años y compartía
con amigos después de las faenas del campo en la vereda Los Lulos, de Ginebra.
Había ganado varias partidas sacando, a punta de golpes de trompo, monedas
de un círculo.
“Uno de ellos no aguantó la rabia y lanzó un machetazo para partir el trompo,
justo en el momento que Arcesio intentaba tomar su
trompo. Le tumbó la mano derecha. De ser un muchacho trabajador quedó afectado
en su motricidad”, dice Nancy Hurtado, una prima que está pendiente de él.
Dice que “a su 73 años, sigue sembrado fríjol, maíz y otras cositas en la
finca de otra prima”. Medio siglo después, hace ‘fila’ en una lista que
integran otras 124 personas inscritas para recibir prótesis, con la que espera
le ayude a superar las limitaciones que le impuso el accidente.
No hay un censo que determine las necesidades, pero es un drama extenso.
En la fila también está Dina Fernanda Guevara, de
19 años, residente en Yotoco. En sus actividades
tiene una gran destreza con la mano derecha a fuerza de usarla ante la falta de
la izquierda, sin la que nació. Esta joven que adelanta grado 10 y 11 intensivo
dice que con una prótesis mejorarán sus habilidades y oportunidades.
La entrega de prótesis hace parte de la campaña Por un Valle libre de
barreras, que promueve la primera dama del departamento, Andrea Solís, en
alianza con el Club Rotarac
Cali San Fernando para la entrega gratis de manos LN-4 a los vallecaucanos que
las necesiten.
“Se busca mejorar la calidad de vida, oportunidades para estas personas que
además de esa situación no pueden acceder a uno de estos elementos. Aún cuando
se tenía plazo de inscripción hasta el 15 de abril, si alguna persona llega con
los documentos se le va a entregar”, expresa.
Solís destaca que con el Gestor de Paz se analiza la posibilidad de ampliar
a la población desplazada la entrega de esas ayudas.
Ricardo Jaramillo, diseñador industrial y miembro de Club
Rotaract Cali San Fernando, que hace parte de Rotary International, explica que
el área social del Club está integrado por
estudiantes de medicina y fisioterapia que expresaron su interés en trabajar
socialmente con población en situación de discapacidad.
“Encontramos la fundación Ellen Meadows Protesics Hands de Estados Unidos, que promueve el programa Ln-4 (www.ln-4.org), y a través del Club Rotario
Colombo-Americano de Los Ángeles (California) se hizo el convenio para la
donación de prótesis. Han sido entregadas 250 distribuidas en Tulúa, Cali,
Pasto y Popayán”, dice.
El diseño y métodos de fabricación son donados por Ernie
Meadows y la fundación LN-4 gestiona entregas en
distintos países.
Las prótesis LN-4 -en honor a una hija de Ernie Meadows fallecida a los 18 años en un accidente de
tránsito- son consideradas de bajo costo -unos 50 dólares (100.000 pesos)- para
llegar a más personas.
Se estima que su vida útil es de tres años y no requieren mantenimiento. Si
presenta alguna falla se cambia e implantarla es relativamente sencillo.
“La prótesis que donamos recupera en muchos casos el 100 por ciento de
algunas funciones, como asir un tenedor o cuchara, usar un esfero, escribir en
computador, cargar algunos elementos”, dice Jaramillo.
Este diseñador industrial explica que no se tiene una cifra de cuántas
personas requieren prótesis en Colombia a causa de la violencia. Lo cierto es
que de 80 entregadas en Pasto, seis correspondieron a menores que hallaron
explosivos. Agrega que son más los hombres que las requieren y la edad promedio
es de 27 años “pero sirven tanto para niños de 4 años como para una persona de
80 años”.
Santiago Saldarriaga / EL TIEMPO