Kim Ramsey. Enfermera.
34 años. Norteamericana. No puede caminar, sentarse, viajar en tren, en
automóvil, subir escaleras, acercarse a su lavadora mientras está encendida. Ni
siquiera puede darse el lujo de que su celular suene dentro de su bolsillo.
Todas estas situaciones derivan en un orgasmo. Sí. Dice que en el día puede
alcanzar hasta cien veces el clímax. Explica que su situación la acompleja.
Michelle Thompson es británica. Su caso se conoció
en el 2009. Aunque ella, al igual que Kim, se excita
casi con cualquier cosa, logró encontrar un hombre que la complace hasta llegar
a los 300 orgasmos diarios. “Antes todos se aburrían conmigo” y ahora es feliz,
cuenta.
Los casos no son lejanos. En Cali también hay mujeres capaces de repetir en
una sola ‘corrida’: Amas de casa, universitarias, ingenieras, secretarias. Nada
tienen que ver con protagonistas de una cinta triple X.
“Son casos reales aunque no tanto como para llegar a cien orgasmos
diarios, pero sí hasta diez veces en un solo encuentro”, sostiene el sexólogo Luis Alberto Montejo.
El especialista asegura que las mujeres multiorgásmicas
no son un mito. “Deben darse por bien servidas porque nacieron con esa capacidad,
con esa condición biológica, como ser alto, gordo. Pero tampoco hay que
preocuparse por solo llegar una vez”, señala.
Los hombres también se dan por bien servidos cuando encuentran a estas
‘privilegiadas’. César lo disfruta. Dice que es una “sensación placentera” ver
cómo su novia goza cada momento en el que están juntos, que el secreto está en
que él logre mantenerse mientras ella llega a la cima más de diez veces.
Nhora cuenta su propia historia. Tiene 40 años,
pero asegura que en la cama renace su vitalidad. Tiene un esposo y con él hace
muchos años no logra un orgasmo. Pero “disfruto los encuentros con otros
hombres. He llegado hasta 7 veces en una sola hora y eso se me convirtió en una
adicción”.
El sexólogo Lucio David González explica que en los consultorios es mucho
más común encontrar casos de mujeres que jamás han podido satisfacerse.
“Tenemos una cultura en el que el hombre lo hace rápido y deja a la mujer
viendo un chispero”, señala.
Las piernas, la espalda, el abdomen, los senos, el cuello, las manos son una
parte perfecta del cuerpo para iniciar con besos y caricias la conquista, ponga
una canción y estimule con un perfume para que la pasión se encienda en 1,2,3... y comience otra vez.
Sobre el sexo
El especialista Luis Alberto Montejo
explica que durante un orgasmo una persona tiene contracciones musculares,
sudoración, se incrementa la frecuencia del ritmo cardíaco, hay aceleración de
la respiración y finalmente causa cansancio.
“Para algunas mujeres, los orgasmos repetidos se pueden convertir en un
problema porque sus parejas no dan la talla. Un hombre tiene un solo orgasmo, a
menos que apenas tenga 20 años”, dice.
El especialista también indica que frente al sexo hay muchos problemas
culturales: “Cuando una mujer es muy expresiva las tildan de
‘recorrida’. Por el contrario yo recomiendo las palabras fuertes y las
expresiones de placer, los gemidos para mejorar la calidad del sexo”.
El médico Lucio David González recomienda hacer un mapa mental de lo que le
gusta y cómo le gusta para que “en los encuentros rápidos tenga la agilidad de
llegar a un orgasmo”.
Corto circuito
La mujer multiorgásmica experimenta una excitación
física muy intensa que puede permanecer durante largos períodos, a veces días o
semanas.
El orgasmo puede calmar temporalmente los síntomas de excitación,
pero estos retornan en cuestión de horas.
Son personas que se excitan fácilmente y ante cualquier situación, como por
ejemplo viajar en carro o en tren, las vibraciones de los teléfonos móviles, a
tal grado de que pueden agravar el síndrome de forma insoportable.
Lo malo: hay debilitamiento. Dificultad de concentración en las tareas
cotidianas.