El 1,2,3 de los primeros auxilios
Marzo 21 de 2010


Conozca las acciones de emergencia que debe emprender para auxiliar a las víctimas de un accidente. Arme su botiquín.

Los primeros auxilios después de un accidente pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte. También pueden disminuir complicaciones y secuelas, a veces irreparables. Allí radica la importancia de darles atención adecuada y oportuna a las víctimas de eventos inesperados.

El problema es que la mayoría de personas no tiene la preparación suficiente, por lo que muchos cometen errores que agravan el estado del afectado, retrasan su atención médica y empeoran el pronóstico.

No se trata de convertirse en socorrista experto. Basta con seguir las instrucciones de los especialistas.

Golpes

1. Ponga hielo envuelto en plástico en la zona afectada para disminuir el dolor y la inflamación. En caso de laceraciones, lave previamente con agua y jabón.

2. Si el golpe fue en la cabeza, además de poner compresas, esté atento a la pérdida de memoria, dolor que no ceda con analgésicos, o vómito, todas estas son señales de lesión cerebral.

3. Ante deformidades o dolor intenso, consulte para descartar fracturas o problemas vasculares.

Obstrucción aérea

Ocurre durante las comidas, cuando una espina, hueso o alimento se atora en la garganta impidiendo respirar:

1. Cuando hay tos a repetición, estimule a la persona para que siga tosiendo.

2. Si el afectado no tose y se lleva las manos al cuello en señal de ahogo, abrácelo desde atrás y ejerza presión en el abdomen para provocarle tos.

3. Acuda a Urgencias, si aplicando las medidas anteriores la persona no expulsa el cuerpo extraño.

Amputación

Suele ocurrir en las empresas y en especial en los dedos de operarios que manejan máquinas de corte.

1. Introduzca el segmento del dedo desprendido en un recipiente de icopor.

2. Cúbralo con suficiente hielo.

3. Haga un torniquete y aflójelo cada 20 minutos.

Por prevención ponga protectores en los toma corrientes, cintas reflectivas en los vidrios y antideslizantes en las escaleras.

Antes de auxiliar a alguien protéjase primero usted para evitar que se convierta en una víctima más.

Recuerde llamar a las líneas de apoyo como la 123 de emergencias y 119 de los bomberos. En caso de intoxicaión llame al 018000-916012 ó 5543543 en Cali.
Espasmo


Es la contracción involuntaria de un músculo que genera rigidez, mucho dolor e impide moverse normalmente.

1. Cuando se presenta en la parte baja de la espalda, lo mejor es lograr que la persona se acueste en posición fetal o también boca arriba con una almohada bajo las rodillas. Pero si el espasmo es en la pantorrilla basta con halarle la planta del pie hacia arriba.

2. Suminístrele un antiespasmódico.

3. Si el dolor persiste, consulte para descartar un problema de columna como una hernia.

Desmayo

Puede producirse por ayuno o paro cardiorespiratorio.

1. Tóquele el hombro con firmeza y pregúntele en tono fuerte qué le pasó. Pídale a alguien que llame a una ambulancia.

2. Ponga su oreja cerca de la nariz de la víctima para escuchar si respira, mientras observa si hay movimientos del tórax.

3. Si respira, déjelo acostado de medio lado hasta que llegue ayuda. En su defecto, sólo estarán indicadas las maniobras de reanimación cardiopulmonar para las que hay que tener entrenamiento.

Convulsiones

Son movimientos súbitos, fuertes y descontrolados, casi siempre con pérdida del conocimiento. A veces también se relajan los esfínteres o se bota saliva.

1. Retire los objetos que estén alrededor y que puedan causar lesiones.

2. Para evitar que la persona se muerda la lengua póngale un trapo en la boca.

3. Si la víctima tiene vómito, acuéstela de lado, pues cuando estos residuos se van a los pulmones pueden producir una neumonía.

Heridas

Con cuchillos, latas, alambres, vidrios, entre otros:

1. Lave con agua y jabón y cubra con un paño haciendo presión con la mano.

2. Ponga una venda y vaya a Urgencias. Si la lesión es en un brazo hay que mantenerlo elevado.

3. En caso de hemorragia haga un torniquete arriba de la herida con un pañuelo. Aflójelo cada 20 minutos por un minuto para no interrumpir el flujo de sangre y exponer la víctima a una amputación.

Lo que no debe hacer

Cuando alguien ingiera sustancias tóxicas, como gasolina, en su presencia o usted sospeche que las ha ingerido, no trate de provocarle vómito. Puede generarle quemaduras en el esófago y los pulmones.

Si penetra alguna sustancia irritante en los ojos de una persona, no le aplique limón o vinagre. Sólo lave bien los ojos con abundante agua.

En caso de que en un accidente la víctima quede con vidrios incrustados no los retire, pues puede causar un daño mayor o provocar una hemorragia.

Nunca siente a un paciente que ha perdido el conocimiento, pues la causa puede ser una hipotensión y agravará su estado. Lo que debe hacer es acostarlo con las piernas hacia arriba para mejorar el flujo sanguíneo hacia el cerebro.

No movilice bruscamente o intente reacomodarle el hueso a un paciente que ha sufrido trauma con riesgo de fractura. Puede provocarle una lesión mayor.

Deje la costumbre de aplicar café, cebolla, aceite o límpido en las heridas o quemaduras, pues puede ocasionar una infección.

No introduzca sus dedos en la boca de una persona que está convulsionando, pues podría resultar herido. Tampoco trate de sujetarle la cabeza, ya que puede desnucarla.

El botiquín ideal

Vendas: son útiles para inmovilizar determinada parte del cuerpo en caso de fractura o para hacer compresión cuando se presentan heridas.

Gasas: se utilizan antes de las vendas para proteger la herida.

Jabones líquidos: los que contienen yodo o clorhexidina permiten desinfectar las heridas.

Analgésicos: no se recomienda mantener muchos, pues su abuso puede producir efectos adversos como daño renal o generar una intoxicación.

Fuentes: José Luis Castillo, especialista en medicina de urgencias y jefe de la Unidad de Urgencias de la Clínica Fundación Valle del Lili. Mauricio Casasbuenas, especialista en gerencia en salud y coordinador médico de Urgencias, del Centro Médico Imbanaco. José Humberto Arango, director científico de la Clínica Sebastián de Belalcázar.